lunes, 26 de octubre de 2020

El cañón de Hawkings IX

 Le había costado encontrar plaza para aparcar el coche de carsharing que había usado para llegar a la cita, lo que le hizo llegar con mas retraso del suyo habitual. Cuando llegó a la terraza buscó con la mirada y no le costó demasiado encontrar a Patrick ya que su pelo color casi zanahoria saltaba mucho a la vista, incluso en un mundo dónde los tintes para el pelo eran algo común.


Enseguida le llamó muchísimo la atención su aspecto. Si, en su momento, le había recordado al compañero pelirrojo de Harry Potter – Ron Billius Weasley, según había buscado en internet antes, para ver si tenía ocasión de gastarle alguna broma con el nombre- ahora lo seguía pareciendo, pero como si uno de esos dementores de la película que se llevaban la paz, la esperanza y la alegría se hubiera cebado con el pobre Patrick, que tan risueño era cuando le había conocido en el reino unido.


Supuso que se debería a el incidente por el que le había contactado así que, inmediatamente después de saludar le preguntó por el tema. Le respondió que, según el abogado, todo pintaba muy bien para él y que no iba a tener ningún problema, así que la causa de su abatimiento no parecía tener que ver con eso. De todos modos le seguí preguntando por el incidente.


– ¿Y cómo es que tuviste una pelea? Tenía la impresión de que eras bastante pacífico –le dije. – ¡Y lo soy! Pero es que es qué estoy muy enfadado con la gente que no se toma en serio el covid, después de lo que me pasó, y esa gente reaccionó de forma muy exagerada a mis recriminaciones.

– ¿Lo que te pasó? ¿Has tenido covid?¿Gue grave? –pregunté de forma atropellada.

– Sí, sí, estuve infectado casi al principio de la pandemia. Mientras duró no fué demasiado grave, un poco de fiebre, dolor de cabeza, pérdida de olfato, pero sin problemas respiratorios así que no tuve que ir al hospital. El problema vino después, con las secuelas.
-¿Secuelas? –pregunté– Vaya. He leído bastante sobre el tema, y he conocido a alguna gente que tiene algunas, pero, por suerte, no de las mas graves ¿Cuales tienes tú?

– Pues algo de cansancio, dolores de articulaciones a ratos y, lo peor, niebla covid, no sé si sabes lo que es –explicó Patrick con tono abatido.
Había leído sobre la niebla covid, por supuesto. El covid podía originar diversos trastornos neurolólogicos, desde leves a muy graves. No había encontrado cuál era el porcentaje exacto de gente a la que resultaban afectados, pero era una consecuencia bastante habitual de la enfermedad. Ese trastorno en concreto era una capacidad para concentrarse, o memorizar, acompañado a veces de dificultad para leer y algunas otras que no recordaba en ese momento. En función de eso le respondí –Sí, algo he oído ¿Cómo te afecta exactamente?
–Pues en casi todo, pero principalmente en las actividades académicas. Me resulta casi imposible leer un artículo, o un libro, tengo que leer dos o tres párrafos y descansar media hora antes de poder seguir. Y en las clases me tengo que limitar a explicar lo que ya me sé muy bien, sin aceptar preguntas, porqué me cuesta entender lo que me están preguntando, y no digamos ya razonar para dar una respuesta.
– ¡Ostras! – exclamé ­– Pues menuda faena. Lo de los artículos es un problema de cara a la investigación, pero lo de las clases...¿Cómo lo llevan tus alumnos?
–Pues no muy bien, claro, pero, tal como está todo, mezclando clases presenciales con clases online, y el resto de dificultades, pues se lo toman con filosofía. Además, la universidad ha puesto un profesor de apoyo con el que pueden concertar reuniones para

resolver dudas cuando quieran.
–Ah, que bien, que generosos en tu universidad. Aquí dudo que hicieran algo así –comenté.
–Bueno, realmente no sé si es algo muy normal. Mi familia tiene mucha influencia en la junta directiva de la universidad, pero no creo que eso del profesor de apoyo se lo concedan a cualquiera. De hecho a otro profesor que tenía el mismo problema ni siquiera le renovaron el contrato para este año.
–Uff, pues vaya. Yo ahora mismo no estoy en la universidad. Todo lo que encontré para hacer postdocs era fuera de España, y me trastocaba muchísimas cosas tener que irme fuera. Además, no entiendo que se asuma como lo mas normal del mundo que para seguir una carrera académica la gente tuviera que pasarse unos cuantos años saltando de un país a otro, sin certeza alguna de que, después de eso, fuera a conseguir una plaza fija–comenté con tono de enfado.
– Uy, pues vaya fastidio, sí. En Inglaterra también hay algo de eso, pero no es tan grave. Y, sí no estás en la universidad ¿Qué haces ahora? –Preguntó Patrick con tono de sorpresa.
–Pues un poco de todo. Doy unas pocas clases de física cuántica en una academia, clases particulares, hago programas que me encargan de vez en cuando, ah, y tengo algunas apps en la google play y en la app store. La verdad es que, sí me pasara algo como lo tuyo tendría un problema muy grave, porqué todo lo que hago requiere una mente despejada así que no podría seguir haciéndolo. Y, encima, de la academia me despedirían, por eso tengo muchísimo cuidado con no contagiarme, por si acaso.
–Claro, y por ese tipo de cosas me fastidió tantísimo ver a esa gente sin mascarilla en la cafetería ¡Son unos inconscientes, y pueden causar mucho daño si contagian a alguien con su imprudencia! –exclamó, alzando tanto la voz que algunos de los clientes de la terraza se giraron a mirarnos.
–Ya, lo entiendo, lo entiendo, aquí hay bastante gente así, incluyendo una parte de mis conocidos –respondí, bajando el tono de voz, y haciendo gestos para invitar a Patrick a que se calmase.
– Sí, perdón, perdón, es que me sulfuro. En fin, cambiemos de tema–dijo Patrick, ya algo mas tranquilo- ¿Qué pasó con tus supuestos agujeros negros? ¿Has sabido algo nuevo?

Tras esa pregunta nos pasamos mas de una hora hablando del tema. Le expliqué lo que había averiguado desde entonces y mis hipótesis, que yo denominaba “compactificaciones inhomogéneas” sobre como podrían haberse creado agujeros negros en el LHC en un momento dado, y que luego desaparecieran. Me costó mucho hacerme entender. Por un lado Patrick se dedicaba mas al aspecto experimental de la física y no había estudiado nada de teoría de cuerdas, como mucha otra gente, incluyendo gente que había estudiado física teórica. Pero es que ni siquiera había estudiado casi nada de teoría cuántica de campos, una asignatura cuatrimestral de la que recordaba muy poco, y nada en absoluto de relatividad general. Sabía lo que era un agujero negro por haberlo leído en libros de divulgación, y por documentales, pero nada a nivel formal.


Sus conocimientos sobre la radiación Hawking eran muy elementales, siendo generosos. Le tuve que recordar la explicación “literaria” del asunto, que sí en el borde el agujero negro se creaba, usando energía gravitatoria del agujero negro, un par consistente en una partícula virtual y su correspondiente antipartícula podría pasar que una de ellas cayera dentro del horizonte de sucesos y, en consecuencia, la partícula que se quedó fuera se volvía real, lo que extraía energía del agujero negro, y formaba una radiación alrededor de él, conocida como radiación Hawking.

Aparte de su falta de base las explicaciones se enfrentaban con la dificultad añadida de la poca capacidad de concentración debida al covid. Para las ideas mas sencillas todavía se podía apañar, pero cuando le intenté dar explicaciones algo mas sofisticadas, como el aspecto formal de la radiación Hawking en términos de cuantización en espacios curvos, tranformaciones de Bogoliogov y demás fue totalmente imposible, y éso que llevaba, como siempre, un tablet dónde podía escribirle todas las ecuaciones que hiciera falta.


Lo que me alegró es que, si bien no podía concentrarse adecuadamente, al menos parecía que la parte intuitiva de su inteligencia no parecía estar demasiado afectada así que me hizo las preguntas que cabría esperar sobre la intensidad de la radiación Hawking, Le pude explicar, y pareció entenderlo bien, que la temperatura de la radiación era inversamente proporcional al área del agujero negro, y lo entendió a la perfección, ni siquiera tuve que añadir aquello de “cuanto mas pequeño es el agujero negro, y por tanto menor su área, mas caliente estaba y mas energía emitía”, que era lo que tenía que contar a los profanos de la física cuando hablaba de ese tema.

Incluso le pude explicar que se podía aproximar la potencia emitida mediante la ley de Stefan-Boltzman, es decir, que la potencia iba con la cuarta potencia de la temperatura. De ese modo en sus últimas etapas, cuando era muy pequeño, la emisión era como una explosión. De hecho le comenté que, de hecho, sí uno es un poco chapucero, se podría aproximar la frecuencia, o la longitud de onda, de la energía emitida mediante la ley de Wein, que era muy sencilla, (Una deducción mas detallada la había visto en un antiguo artículo del 79 o así, escrito por un experto en el tema, Page, aunque lo escribió antes del descubrimiento de que los neutrinos tenían masa y es posible que esa pequeña masa alterara ligeramente algunas de las expresiones mas precisas) y decía que el producto de la longitud por la temperatura era igual a una constante. De ese modo cuanto mayor era la temperatura menor la longitud de onda, y mayor la energía de la partícula emitida. En función de eso, en las últimas etapas, aparte de fotones, que no tenían masa, y neutrinos, que tenían muy poca masa, el agujero negro podría emitir otras partículas, electrones, quarks, muones, y demás. En las últimas etapas podría emitir partículas mas pesadas que ninguna de las conocidas, incluyendo las que deberían formar la materia oscura.


En ese punto de la explicación Patrick me interrumpió -Oye ¿Y eso pudo tener algo que ver con las anomalías que tuve en su momento en la mina?

–Sí, claro ¿No te lo comenté en su momento en Cardif? - respondí- De hecho justo en el momento en que Dhelina registró la explosión de rayos gamma en su barrio es cuando tuviste uno de tus picos de partículas en tu experimento ¿No te lo había comentado?

– ¿Sí? Pues no lo recuerdo, la verdad – dijo Patrick– Pero no sé, fue hace mucho tiempo, y, además, creo que, aparte de a la concentración es probable que el covid haya afectado a mi memoria, porqué hay veces que me olvido de algunas cosas que acabo de hacer, y sé que hay gente que ha tenido pérdida de recuerdos antiguos, pero no sé si será mi caso.
– Vaya, lo siento mucho, que asco esto del covid. Aunque lo cierto es que, como te digo, tampoco me acuerdo con certeza sí te lo dije o no, pero diría que sí. Es decir, justo esa coincidencia es la que mas certeza le da a mi idea de que realmente hay agujeros negros asociados a las explosiones que hubo, incluyendo la de Cardif.

–Aha -musitó Patrick– eso ya suena un poco mas interesante que toda la charla teórica que me has dado, aunque no tengo claro que la cantidad de materia oscura que se hubiera podido emitir en Madrid fuera suficiente para que mi observatorio detectara algo de ella a mi kilómetros o o algo similar de distancia. Oye ¿Y que encontraste en el escenario de la explosión de Leganés?

–¿Cómo? ¿Encontrar? ¿A qué te refieres? –respondí desconcertado.
–Bueno, me imagino que habrás ido al lugar de la explosión y habrás hecho algunas mediciones ¿No? ¿Qué has encontrado?

Eso me dejo atónito. Lo cierto es que poco después de volver de Cardif había terminado mi relación con Dhelina y, que, desde entonces, nunca había tenido necesidad de ir a Leganés. Pero eso era, hasta cierto punto, lo de menos, lo cierto es que ni siquiera se le había pasado por la cabeza ir a ver la zona personalmente, no se le ocurría que podría encontrar, sí es que podía encontrar algo.

–Bueno, no, no fuí, soy teórico puro, lo de los experimentos no es para mí, la verdad –fije respondiendo a sus preguntas.

–Vaya, pues muy mal. Oye ¿Y está muy lejos Leganés?
–No demasiado, aunque no para ir andando, claro, está a unos 10 o 12 kilómetros, creo.
–Aha -apostilló Patrick– ¿Y cómo se va?
–Bueno, cuando estaba con Dhelina -lo dejé hace tiempo ya– iba a verla en transporte público, hay tren y autobús, que pasan con bastante frecuencia. Ahora mismo lo del transporte público yo particularmente es algo que prefiero evitar a toda costa. Para venir aquí he usado un choche de carsharing de hecho, para evitar tener que pillar el metro.
–Vaya ¿No tienes coche propio entonces? Es que a mi tampoco me hace gracia coger el transporte público –explicó Patrick.
–Bueno, sí tengo, aunque no me gusta traerlo al centro, porqué tendría que dejarlo en un parking, por las restricciones al tráfico debido a las políticas ambientales del ayuntamiento.
–Ah, bien, pero entonces podríamos coger un coche de esos de carsharing hasta Leganés ¿no? –razonó Patrick.
–Bueno, realmente no, porqué alli no se puede dejar aparcado, pero podría ir en un coche de esos hasta mi coche y luego ir a Leganés en el mío ¿Por qué, querrías ir ahora?
–¡Pues claro! Suena muy interesante. Mi universidad tiene relaciones con algunos laboratorios de por aquí, y me podría pasar a recoger algún material básico que se me ocurre que podría servir para ver si hay algún resto observable ¿Tienes algo que hacer hoy? Yo no, podríamos ir ¿Sabes dónde pasó exactamente, no?
–Uy, pues tengo libre lo que resta de tarde, sí, pero la verdad es que no tengo ni idea de dónde pasó, no se lo llegué a preguntar a Dheli, supongo que se lo podría preguntar, pero suele tardar bastante en responder, no sé si me contestaría hoy.
–Bueno, y sí no te responder ella podremos preguntar en Leganés, o buscar en Google dónde pasó ¿no? ¡Venga, anímate, que lo mismo, sí hay algo, encontramos alguna pista! Además, ahora me cuesta hacer cualquier trabajo teórico, pero me puedo apañar con la parte mas experimental, y mas sí es algo como ésto, que, al menos al principio, no requeriría las complicaciones de procedimientos rigurosos.

Al principio me resistí un poco a la propuesta, pero lo cierto es que tampoco tendía gran cosa que hacer, y, aunque era escéptico sobre la posibilidad de encontrar nada relevante, lo que tenía claro es que, sí eso era posible, llevar a alguien que trabaja en experimentos, incluyendo algún equipo que sería mucho mas caro que de cualquier cosa que el pudiera encontrar era una oportunidad única. Le había escrito a Dhelina, pero, como esperaba, no había respondido inmediatamente así que optaron por ir a Leganés a la aventura, sin esperar a la respuesta, y, sí no la tenían antes de llegar, buscar el lugar ellos mismos.






lunes, 12 de octubre de 2020

El cañón de Hawking VIII

Nota. Parte de lo que aquí se cuenta, sobre el incidente de Cardiff, me parece que ya lo había escrito, de otra forma ligeramente diferente, pero me doy cuenta de que no se había llegado a publicar y, además, ahora soy incapaz de encontrarlo en ninguno de mis dispositivos informáticos.  Releyendo la historia me ha parecido  que, sin esa parte, se produce un pequeño agujero en el hilo narrativo así que he procedido a enmendarlos, a la vez que enlazo con la continuación.


 Estaba revisando los pdfs de la conferencia sobre el Swampland del año anterior cuando sonó el teléfono ¿Quién le llamaría a las 8 de la mañana? El número no le sonaba de nada. Dudó si responder o no, pero al final se decidió a hacerlo. Nada mas aceptar la llamada se oyó una voz con un fuerte acento inglés.


¿Hola? ¿Alex? Sí, soy yo – resopndí – .

Soy Patrick, nos conocimos en Cardiff ¿Te acuerdas de mí? – ¿Patrick? Claro que me acordaba de él ¿Cómo no hacerlo después del incidente del agujero negro?

Sí, me acuerdo ¡Cuánto tiempo! ¿Qué tal? ¿Dónde estás?

Pues justo en este momento no demasiado bien. Estoy en Madrid y me he metido en un pequeño lío. Nada demasiado grave, creo, pero me vendría bien contratar un abogado ¿Conoces alguno?


La conversación se había alargado un buen rato mientras me explicó que había tenido un altercado mientras desayunaba en una cafetería con un par de negacionistas del covid que habían reaccionado muy mal cuando les pidió que, puesto que estaban hablando y no comiendo, se pusieran la mascarilla. El asunto había ido subiendo de tono y habían terminado llegando a las manos. Y, como quiera que había policías por la zona, alguien les había llamado y terminó teniendo que dar sus datos a las autoridades y temía que pudieran llegar a juicio. Yo le había dado el número de un par de abogados que conocía, aunque no sabía si se dedicaban a atender casos para clientes particulares ya que estaban trabajando en empresas haciendo lo que quiera que hiciesen los abogados en una empresa.


En cualquier caso, tras zanjar ese tema, habían hablado un rato de ésto y aquello y habían terminado por quedar en verse esa tarde a última hora, en una terraza al aire libre. Era otoño y ya empezaba a hacer algo de frío pero, mientras fuera posible, no tenía ningún interés en meterse en ningún bar cerrado mientras durase la pandemia. De hecho incluso ir a una terraza no le hacía demasiada gracia, pero, tomando las suficientes precauciones parecía que el riesgo era relativamente bajo y lo cierto es que tenía curiosidad en volver a hablar con Patrick. Tras el incidente del agujero negro habían hablado tenido muy poca ocasión de hablar.


En realidad sólo él consideraba que lo de Cardiff era debido a un agujero negro pues Patrick era bastante escéptico al respecto, entre otras cosas porqué Patrick no había visto todo lo que él. Tras tanto tiempo Alex no recordaba bien todos los detalles de los días posteriores al incidente, pero sí que cuando se había despedido de Patrick sólo habían escuchado un ruido que habían relacionado con el famoso Hum. Posteriormente él se había ido a su hostal y se había encontrado en el autobús con Celina, una violinista amiga de un magufo que había conocido en el viaje a Inglaterra. Ambos se habían alojado por la misma zona y como el autobús no les dejaba demasiado cerca fueron andando desde la parada mas cercana. Antes de llegar a la zona de hostales tenían que pasar por algo que parecía un pequeño polígono industrial y ahí es donde vieron como una de las naves del polígono estaba reventada.


Les había sorprendido que no hubiera un incendio acompañando tanta destrucción y mas aún que no se hubieran personado por la zona los bomberos y la policía, pero, por lo visto, aún no se había descubierto lo sucedido. De hecho lo primero que había pensado Alex era justo eso, llamar a la policía, pero Celine le había pedido que esperase un poco y que echasen un vistazo antes. Como quiera que él también estaba muy intrigado había aceptado y se habían dirigido al enorme agujero que había en una de las paredes. Al principio no se habían decidido a entrar y habían mirado desde el exterior, usando la linterna de los móviles para iluminar el interior. No veían demasiado, pero por lo poco que habían podido apreciar habían una destrucción considerable. Celína le había instado a entrar, pero Alex le había explicado que le parecería muy arriesgado porqué era probable que el edificio hubiera sufrido daños estructurales y que pudiera tener algún derrumbe en algún momento, y no le apetecía que les pillase dentro.



Aparte, pero eso no se lo dijo a Celina, estaba el temor a la radiación. Ese edificio, excepto por el incendio, le recordaba un poco a las imágenes que le había enviado Dhelina de la explosión que hubo en su barrio y, sí en esa había habido radiaciones gamma pensó que allí también podría haberlas, aunque no tenía ninguna manera de saberlo sin un equipo. De hecho en ese momento se le había ocurrido que, tal vez hubiera niveles muy elevados de radiación gamma, y quién sabe cuales más, y que se pudieran estar exponiendo a una dosis que podría ser mortal, o al menos muy dañina. Con ese pensamiento había llegado a la conclusión de que debían irse de allí lo antes posible, y que debía encontrar la forma de convencer a Celine de hacerlo, a ser posible sin tener que mencionar lo de las radiaciones. Por suerte en ese momento se habían empezado a oír sirenas acercándose así que fue la propia Celina la que había pedido que se alejaran. Él había accedido aunque, por una ocurrencia del último momento, hizo unas cuantas fotos antes, para poder estudiar en ellas el escenario posteriormente, caso de que, como sospechaba, no pudieran volver luego presencialmente.


Recordó que tras eso se dirigieron a la zona de hostales, comentando lo que habían visto. Esa vez intercambiaron teléfonos con la intención de, tal vez, volver a verse dado que ambos residían temporalmente por la zona. Después de despedirse, cuando llegó a casa, le había dado tiempo de mirar las fotos y, probablemente debido a la suerte, en una de ellas se observaba un agujero similar al que le había enviado Dhelina un rato antes. Fue en ese momento cuando había llegado a la conclusión de que la explicación mas probable a todo lo que había estado sucediendo tuviera que ver con micro agujeros negros y la radiación Hawking de éstos. Cuando al final se había logrado dormir había tenido ese sueño, cercano a la pesadilla, en la que se había visto a si mismo correteando por las cercanías del lago Sanabria y había terminado teniendo un encuentro, por fortuna imaginario, con un agujero negro.


Recordó que cuando había vuelto a ver a Patrick le había contado su experiencia en el polígono industrial, y la hipótesis del agujero negro, pero no le había logrado convencer. Patrick aducía que había muchas explicaciones posibles, desde que el recinto tuviera algún tipo de material explosivo a que, y ésa era mas probable, el Hum se hubiera debido a algún tipo de fenómeno geológico que, en algún momento, hubiera provocado un terremoto y que éste fuera la causa del derrumbe del edificio. Habían discutido el tema del agujero en la pared que, según Alex se debía al paso del agujero negro, pero Patrick pensaba que también eso se podría deber a muchas otras causas, bastante mas verosímiles.


El caso es que ni siquiera había logrado convencer a Patrick de que fueran a ver el edificio derruido y, como quiera que tenían que ocuparse de el pequeño e insignificante asunto de su tesis doctoral habían terminado por dejarlo estar. Tras dejar Cardiff para, por fín, encontrarse con el jefe de Patrick, Disney, habían tenido algunas charlas por messenger, dado que, al fin y al cabo, tenían que trabajar sobre un tema común. Pero como quiera que al final la tesis de Alex había terminado tirando por otros derroteros alejados de la materia oscura habían perdido el contacto, hasta ese día.

sábado, 10 de octubre de 2020

El cañón de Hawking VII

 Una conferencia sobre la energía del vacío cósmico. Muy apropiada para la evolución de la física teórica en las últimas décadas, nada y mas nada. Y lo mismo e aplicaba a los episodios de las explosiones de alrededor de una década atrás que había llegado a achacar a miniagujeros negros producidos por el LHC. El último episodio había sido el que había sucedido en Cardif, durante su breve visita a la ciudad, luego no había vuelto a tener ninguna noticia que se pudiera atribuir a un miniagujero negro explotando al emitir sus últimos restos de masa en radiación Hawking.


Esta conferencia, cuyo título era “El pantano en la teoría de cuerdas” era en Madrid, en concreto en el IFT, el instituto de física teórica de la UAM. Entre los ponentes estaban dos de los mejores físicos teóricos del momento, Cumrum Vafa, que probablemente fuera el número uno, en competencia con Juan Maldacena, y con permiso ambos de un casi jubilado Ed Witten, y Nima Arkanhi-Hammed, que, probablemente, fuera el mejor después de ellos. Aparte estaba su antiguo directo de tesis, Ibañez, Dieter Lust, autor del primer libro de

teoría de cuerdas que había leído, cuando aún no había terminado la licenciatura, y un experto en fenomenología de cuerdas, más o menos al nivel de Ibañez, y luego gente que, al menos para Alex, eran menos conocidos, incluyendo bastante gente joven, entre los cuales estaba un amigo suyo, al que conocía sobre todo por varias discusiones amistosas en foros de física.


El tema de la conferencia era sobre uno de los descubrimientos teóricos que mas interesantes le habían parecido en la última década. A finales del siglo anterior se había descubierto que el universo estaba en una expansión acelerada, en contra de lo que se esperaba. Para explicar eso surgieron varias alternativas, aunque la que más aceptación había tenido era la que achacaba esa expansión a lo que se conoce como una constante cosmológica, lo que viene a ser algo así como “la energía del vacío”. Los datos experimentales eran compatibles con esa hipótesis, y en un momento dado, tras unos trabajos preliminares de Bousso, Polchinsky y otros, basados en una idea de Weinberg, se rubricó la tarea de usar la teoría de cuerdas para tener una constante cosmológica en uno de los artículos mas famosos en la historia de dicha teoría, conocido cómo KKLT, por las iniciales de sus autores. Ese artículo abría además la vía a la idea de que nuestro universo era uno mas de entre unos 10 elevado a 500 existentes. En la mayoría no se daban las condiciones para que existiera vida y el hecho de que viviéramos en uno en que había esas condiciones era porqué en los otros nadie podía observar nada. Esa visión era lo que se conoce como el principio antrópico, y cambiaba bastante algunos aspectos del método científico.


Frente a esa vista Cunrum Vafa, y otros autores, intentaban anteponer la idea de que, en realidad, muchos de los modelos en física que eran compatibles con las teorías cuánticas de campos, las teorías que explicaban toda la física observada, excepto la gravedad, no podían hacerse compatibles con una gravedad cuántica, en partículas con la teoría de cuerdas. Esos modelos incompatibles eran los que se conocían como el “swampland”, el pantano. Hacía unos meses Vafa había llevado esa línea un paso mas allá al sacar un artículo dónde mostraba, usando la linea argumental de sus artículos sobre el swapmland, que los modelos con una constante cosmológica eran incompatibles con la teoría de cuerdas, en contradicción con lo que afirmaba el artículo de KKLT y las innumerables variantes del mismo que habían surgido después, apuntando además un punto concreto dónde ese artículo debería fallar. Cómo alternativa proponía que la expansión del universo se debía a lo que se conoce como modelos de quintaesencia. Por supuesto la gente que había escrito el KKLT, y su seguidores, sobre todo gente de la universidad de Stanford, no daban su brazo a torcer. Y justo sobre éso versaba la conferencia, dónde la mayoría de los asistentes eran afines a Vafa y la gente de Standford apenas estaba representada.


Comparados con otros de los temas mas populares en teoría de cuerdas ese era un tema relativamente cercano a la física experimental y, durante un tiempo, Alex había albergado la esperanza de que tal vez incluso llegara a poder falsificar la teoría de cuerdas, pero lo que estaba oyendo en la conferencia le mostraba que los tiros no iban demasiado por ahí. La mayoría de los conferenciantes se centraban en temas técnicos relacionados con conjeturas cercanas al tema central, cómo una de las mas famosas “conjeturas del pantano”, la conocida como “la gravedad cómo la fuerza mas débil” e intentos de demostrarla rigurosamente, pero no oyó a nadie hablar sobre como afectaba todo ello al status de la teoría de cuerdas en sí, no al menos en los dos días a los que había podido ir, ya que el primero se lo había perdido, y esperaba ver las charlas mas tarde por internet.

De todos modos el conferenciante que mas se relacionaba con su incidente en Cardiff era Nima-Arkani Hamed. El trabajo teórico que le había catapultado a la fama era su idea de las dimensiones superumerarias. Una de las características mas conocidas de la teoría de cuerdas era que requeriría que el universo tuviera mas de las cuatro dimensiones, normalmente 10, observadas – tres espaciales y una temporal-. Inicialmente se planteó que esas dimensiones extra estuvieran enrolladas sobre si mismas en algún tipo de geometría intrincada, y ocupando unas longitudes típicas de la longitud de Planck, es decir, un tamaño relativo al protón inferior al del protón en relación a la escala humana. Sin embargo en una de las revoluciones formales de la teoría de cuerdas surgió la posibilidad de que hubiera una 11 dimensión, y que esa tuviera un tamaño “mesoscópico”, es decir, algo entre la longitud de Planck y una escala considerablemente mayor, cercana a lo macroscópico.

La otra característica esencial de esa dimensión extra era que en ella se propagaba la gravedad, pero no el resto de fuerzas fundamentales. Una consecuencia de eso era que a distancias pequeñas la gravedad se volvería mucho mas intensa que lo que corresponde si sólo hay 4 dimensiones. Cuando Nima propuso su teoría esa dimensión extra podía tener incluso unos pocos milímetros de longitud, pero enseguida se fueron haciendo experimentos que fueron reduciendo el valor posible de esa longitud. Para cuando el LHC iba a arrancar se habían restringido tanto sus valores que era el propio LHC el que podría dar cuenta o no de su existencia, y uno de los modos, el mas espectacular posible, era la creación de microagujeros negros. En 4 dimensiones el LHC no tenía energía suficiente para crearlos, pero si la gravedad se fortalecía a distancias cortas por la existencia de la quinta dimensión entonces si podría.


Después de Nima-Arkani la teoría había sido refinada y revisada, principalmente por los trabajos de Lisa Randall y Sumdrum y, en cierto modo, era la predicción mas estelar sobre lo que podría hallar el LHC, de muy diversas maneras. Parte de la tesis de Alex había estado relacionada con esos temas así que lo conocía bastante bien antes ya del incidente de Cardiff. Pero, por supuesto, justo después de eso había leído mucha mas literatura al respecto, un trabajo que le distrajo de la vía principal de su tesis y repercutió en que ésta no hubiera sido todo lo buena que hubiera debido ser, aunque, en cierto modo, eso era lo que menos le molestaba.


El verdadero problema es que lo de Cardiff, y el resto de incidentes anteriores, parecían quedar muy bien explicados por microagueros negros creados en el LHC que hubieran ido creciendo durante un tiempo, hasta que, una vez acumulada cierta masa, tragando materia mientras avanzaban por la tierra a gran velocidad, se fueran frenando y entonces dependieran unicamente de la masa que pudieran atraer gravitatoriamente. Como no les había dado tiempo a crecer demasiado, una vez parados, la radiación Hawking hacía que se evaporasen mas rápidamente de lo que podían adquirir materia y se desintegraban en una explosión final. Ciertamente ese no era el escenario más habitual que se consideraba en los artículos sobre el tema, pero algunos había que analizaban esa posibilidad.


Desafortunadamente, aunque esa era una explicación viable, en el LHC se habían buscado exhaustivamente indicios de esa quinta dimensión, y de esos agujeros negros, sin ningún resultado. Sí lo que vió eran agujeros negros creados por el LHC habrían logrado salir de allí sin ser detectados, lo cuál era muy extraño. Pero, peor aún, aunque había estado monitorizando las noticias en busca de incidentes en un momento dado había dejado de ver ninguna que indicara que hubiera más explosiones misteriosas. Y, claro , sí el LHC fabricaba agujeros negros en un momento dado ¿Cómo era que había dejado de fabricarlos posteriormente? De hecho el LHC había aumentado la energía inicial de las colisiones, hasta llegar a doblarla, y, en ese caso debería haber creado aún mas agujeros negros, pero ni rastro de ellos.


Para intentar conciliar ese problema Alex había construido su propio escenario teórico. Su idea era que el tamaño de las dimensiones extra pudiera no ser constante, y que pudiera cambiar con el tiempo, o con la posición. En ese caso, cuando se estaban produciendo las explosiones la dimensión extra cerca del LHC sería lo bastante grande como para producir esos agujeros negros y que, posteriormente, esa dimensión se hubiera contraído y el colisionador ya no fuera capaz de producir esos agujeros negros. Quizás el motivo de que esa dimensión extra fueran mas grandes en ese momento pudiera estar relacionado de algún modo con las anomalías en la materia oscura que también se habían observado en esa época y que, también, habían vuelto a desaparecer.


Aunque la teoría no era del todo mala, y, de hecho, podría tener mucho interés mas allá de los agujeros negros y materia oscura esquivos, no le servía de mucho porqué, por desgracia, como todos los demás desarrollos de la teoría de cuerdas no era lo bastante predictiva y, en particular, no daba ninguna predicción de cuando la dimensión extra podría ser lo bastante grande como para que el LHC volviera a fabricar agujeros negros.