lunes, 12 de octubre de 2020

El cañón de Hawking VIII

Nota. Parte de lo que aquí se cuenta, sobre el incidente de Cardiff, me parece que ya lo había escrito, de otra forma ligeramente diferente, pero me doy cuenta de que no se había llegado a publicar y, además, ahora soy incapaz de encontrarlo en ninguno de mis dispositivos informáticos.  Releyendo la historia me ha parecido  que, sin esa parte, se produce un pequeño agujero en el hilo narrativo así que he procedido a enmendarlos, a la vez que enlazo con la continuación.


 Estaba revisando los pdfs de la conferencia sobre el Swampland del año anterior cuando sonó el teléfono ¿Quién le llamaría a las 8 de la mañana? El número no le sonaba de nada. Dudó si responder o no, pero al final se decidió a hacerlo. Nada mas aceptar la llamada se oyó una voz con un fuerte acento inglés.


¿Hola? ¿Alex? Sí, soy yo – resopndí – .

Soy Patrick, nos conocimos en Cardiff ¿Te acuerdas de mí? – ¿Patrick? Claro que me acordaba de él ¿Cómo no hacerlo después del incidente del agujero negro?

Sí, me acuerdo ¡Cuánto tiempo! ¿Qué tal? ¿Dónde estás?

Pues justo en este momento no demasiado bien. Estoy en Madrid y me he metido en un pequeño lío. Nada demasiado grave, creo, pero me vendría bien contratar un abogado ¿Conoces alguno?


La conversación se había alargado un buen rato mientras me explicó que había tenido un altercado mientras desayunaba en una cafetería con un par de negacionistas del covid que habían reaccionado muy mal cuando les pidió que, puesto que estaban hablando y no comiendo, se pusieran la mascarilla. El asunto había ido subiendo de tono y habían terminado llegando a las manos. Y, como quiera que había policías por la zona, alguien les había llamado y terminó teniendo que dar sus datos a las autoridades y temía que pudieran llegar a juicio. Yo le había dado el número de un par de abogados que conocía, aunque no sabía si se dedicaban a atender casos para clientes particulares ya que estaban trabajando en empresas haciendo lo que quiera que hiciesen los abogados en una empresa.


En cualquier caso, tras zanjar ese tema, habían hablado un rato de ésto y aquello y habían terminado por quedar en verse esa tarde a última hora, en una terraza al aire libre. Era otoño y ya empezaba a hacer algo de frío pero, mientras fuera posible, no tenía ningún interés en meterse en ningún bar cerrado mientras durase la pandemia. De hecho incluso ir a una terraza no le hacía demasiada gracia, pero, tomando las suficientes precauciones parecía que el riesgo era relativamente bajo y lo cierto es que tenía curiosidad en volver a hablar con Patrick. Tras el incidente del agujero negro habían hablado tenido muy poca ocasión de hablar.


En realidad sólo él consideraba que lo de Cardiff era debido a un agujero negro pues Patrick era bastante escéptico al respecto, entre otras cosas porqué Patrick no había visto todo lo que él. Tras tanto tiempo Alex no recordaba bien todos los detalles de los días posteriores al incidente, pero sí que cuando se había despedido de Patrick sólo habían escuchado un ruido que habían relacionado con el famoso Hum. Posteriormente él se había ido a su hostal y se había encontrado en el autobús con Celina, una violinista amiga de un magufo que había conocido en el viaje a Inglaterra. Ambos se habían alojado por la misma zona y como el autobús no les dejaba demasiado cerca fueron andando desde la parada mas cercana. Antes de llegar a la zona de hostales tenían que pasar por algo que parecía un pequeño polígono industrial y ahí es donde vieron como una de las naves del polígono estaba reventada.


Les había sorprendido que no hubiera un incendio acompañando tanta destrucción y mas aún que no se hubieran personado por la zona los bomberos y la policía, pero, por lo visto, aún no se había descubierto lo sucedido. De hecho lo primero que había pensado Alex era justo eso, llamar a la policía, pero Celine le había pedido que esperase un poco y que echasen un vistazo antes. Como quiera que él también estaba muy intrigado había aceptado y se habían dirigido al enorme agujero que había en una de las paredes. Al principio no se habían decidido a entrar y habían mirado desde el exterior, usando la linterna de los móviles para iluminar el interior. No veían demasiado, pero por lo poco que habían podido apreciar habían una destrucción considerable. Celína le había instado a entrar, pero Alex le había explicado que le parecería muy arriesgado porqué era probable que el edificio hubiera sufrido daños estructurales y que pudiera tener algún derrumbe en algún momento, y no le apetecía que les pillase dentro.



Aparte, pero eso no se lo dijo a Celina, estaba el temor a la radiación. Ese edificio, excepto por el incendio, le recordaba un poco a las imágenes que le había enviado Dhelina de la explosión que hubo en su barrio y, sí en esa había habido radiaciones gamma pensó que allí también podría haberlas, aunque no tenía ninguna manera de saberlo sin un equipo. De hecho en ese momento se le había ocurrido que, tal vez hubiera niveles muy elevados de radiación gamma, y quién sabe cuales más, y que se pudieran estar exponiendo a una dosis que podría ser mortal, o al menos muy dañina. Con ese pensamiento había llegado a la conclusión de que debían irse de allí lo antes posible, y que debía encontrar la forma de convencer a Celine de hacerlo, a ser posible sin tener que mencionar lo de las radiaciones. Por suerte en ese momento se habían empezado a oír sirenas acercándose así que fue la propia Celina la que había pedido que se alejaran. Él había accedido aunque, por una ocurrencia del último momento, hizo unas cuantas fotos antes, para poder estudiar en ellas el escenario posteriormente, caso de que, como sospechaba, no pudieran volver luego presencialmente.


Recordó que tras eso se dirigieron a la zona de hostales, comentando lo que habían visto. Esa vez intercambiaron teléfonos con la intención de, tal vez, volver a verse dado que ambos residían temporalmente por la zona. Después de despedirse, cuando llegó a casa, le había dado tiempo de mirar las fotos y, probablemente debido a la suerte, en una de ellas se observaba un agujero similar al que le había enviado Dhelina un rato antes. Fue en ese momento cuando había llegado a la conclusión de que la explicación mas probable a todo lo que había estado sucediendo tuviera que ver con micro agujeros negros y la radiación Hawking de éstos. Cuando al final se había logrado dormir había tenido ese sueño, cercano a la pesadilla, en la que se había visto a si mismo correteando por las cercanías del lago Sanabria y había terminado teniendo un encuentro, por fortuna imaginario, con un agujero negro.


Recordó que cuando había vuelto a ver a Patrick le había contado su experiencia en el polígono industrial, y la hipótesis del agujero negro, pero no le había logrado convencer. Patrick aducía que había muchas explicaciones posibles, desde que el recinto tuviera algún tipo de material explosivo a que, y ésa era mas probable, el Hum se hubiera debido a algún tipo de fenómeno geológico que, en algún momento, hubiera provocado un terremoto y que éste fuera la causa del derrumbe del edificio. Habían discutido el tema del agujero en la pared que, según Alex se debía al paso del agujero negro, pero Patrick pensaba que también eso se podría deber a muchas otras causas, bastante mas verosímiles.


El caso es que ni siquiera había logrado convencer a Patrick de que fueran a ver el edificio derruido y, como quiera que tenían que ocuparse de el pequeño e insignificante asunto de su tesis doctoral habían terminado por dejarlo estar. Tras dejar Cardiff para, por fín, encontrarse con el jefe de Patrick, Disney, habían tenido algunas charlas por messenger, dado que, al fin y al cabo, tenían que trabajar sobre un tema común. Pero como quiera que al final la tesis de Alex había terminado tirando por otros derroteros alejados de la materia oscura habían perdido el contacto, hasta ese día.

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