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martes, 10 de abril de 2018

Supers VI


Diario de viaje: La historia de los Dioses


Hola queridos seguidores del blog, los poquitos que quedáis según el magnífico servicio de estadísticas de la plataforma. Han pasado algunos meses desde la última entrada. Hay buenos motivos para ello. Al final conseguí la entrevista con estrellita, y fue jugosa, muy jugosa, mucho más de lo que pudiera haber imaginado yo, o cualquiera. De hecho el motivo por el que he tardado tanto tiempo en volver a publicar ha sido porque necesitaba asimilar lo que me reveló. Y no sólo asimilarlo sino intentar contrastarlo en la medida de lo posible. Debo decir desde ya que no tengo una demostración completa de lo que afirma estrellita, y creo que pasará mucho tiempo hasta que se pueda tener alguna, si es que alguna vez se consigue tenerla.
Pero vale ya de tanto prolegómeno y de crear intriga. Veréis en la primera entrega me refería a la “guerra de los dioses”. Como todos sabéis es el nombre popular con el que se conoce a las luchas entre las diversas facciones de superhéroes y sus seguidores humanos. Es un nombre coloquial que, según he estado investigando, surgió por primera vez en un guionista de comics de la línea del universo Marvel “live here” que se creó para narrar las historias de los verdaderos superhéroes.
Una de las cosas que siempre llamó la atención a la gente es el parecido de los superseres que poco a poco fueron apareciendo en el planeta con los que antes habían poblado las viñetas de esos comics. Mucha gente había reparado en ello, pero, más o menos, todo el mundo había terminado por aceptar que los superseres inconscientemente aceptaron roles similares a aquellos que habían leído, o visto en el cine, a lo largo de sus vidas. Pero no, si debemos dar crédito a lo que nos ha contado lonely star, es algo más complejo que eso, y con unas ramificaciones asombrosas en toda la historia humana. Por supuesto todos sabemos que estrellita tiene una serie de virtudes, pero que entre ellas no está el tener una inteligencia privilegiada, así que el origen último de esas afirmaciones no proviene de él sino de el ganador de esa guerra, el muy poderoso “señor de la luna roja”, del cuál sabemos con certeza que, aparte de un enorme poder, tiene una inteligencia sobrehumana.
Vale, sí, aún no he revelado el gran enigma, pero el párrafo anterior era necesario para ir situando el escenario, ahora voy con ello. La clave del parecido de muchos de los superhéroes reales con los imaginarios es qué, en realidad, son, en cierto modo, los mismos. Imagino que ahora algún lector pensará que estoy escribiendo esta entrada bajo el efecto de la ingesta de algún tipo de sustancia psicotrópica obtenida de las numerosas plantas de ese tipo que existen en la selva amazónica.
Bien, voy a intentar convencer a esos lectores de que ese no es el caso (aunque vaya, hacéis bien en plantearos esa pregunta, ya veréis por qué). Pero antes de eso voy a dejar caer la otra ramificación de este asunto que ya mencioné. Resulta que el mecanismo que ha permitido la existencia de estos superhéroes no es algo de ahora sino que ha existido desde el principio de la especie humana. Claro, en épocas antiguas a estos superhéroes no se les llamaba así, se les llamaba dioses. Sí, tal como suena, los dioses eran reales, pero, lo aclaro ya mismo, no eran como los superhéroes actuales, en tiempos antiguos la cosa era más sutil.
No voy a dar ahora todas las explicaciones, estas las podréis consultar en su momento en un artículo técnico que dejaremos en el servidor de preprints del arxiv, ya sabéis el sitio web dónde muchos científicos dejan versiones preliminares de sus publicaciones antes de mandarlas a las revistas.
Aquí voy a intentar ser lo mas divulgativo posible. Como ya dije en su momento yo soy ecólogo, especializado en ecología matemática. Pero antes de especializarme estudié una licenciatura en biología. Aunque en la carrera es un tema que no se trata más que de pasada supongo que algunos habréis oído hablar de las teorías de Chaitin de la “evolución cuántica”. O, sinó, tal vez, habréis leído en algún sitio algo sobre la existencia de órganos animales cuyo funcionamiento se basa en el principio de superposición –o entrelazamiento- cuántico.
Si ponéis el término “biología cuántica” os aparecerán miles de resultados (y si lo ponéis en inglés muchos miles ya). Algunas de esas entradas hacen referencia a la idea del “cerebro cuántico”. Posiblemente muchas de ellas se refieran a las teorías del físico británico Roger Penrose que en la década de los 90 propuso la hipótesis de que el cerebro, en concreto la zona de los microtúbulos, actuaba como “observador cuántico”, colapsando la función de onda. No me voy a alargar explicando esa teoría porque cuando se la sometió a pruebas demostró ser falsa. Penrose intentó rehacerla y la elaboró más en otro libro “las sombras de la mente”.
Yo he leído el primero, “la nueva mente del emperador”, pero no el segundo. En todo caso, ya digo, da igual. Lo importante es que la idea de un cerebro en el que pudieran ser relevantes los procesos de entrelazamiento cuántico cuajó y se ha considerado desde varios puntos de vista distintos. Posiblemente ni siquiera fuese Penrose el primero en considerar la idea, pero sí el que más la popularizó. En todo caso mas adelante, como dije antes, se comprobó que hay fenómenos biológicos en que los aspectos cuánticos juegan un papel importante. Eso llevó a Chaitlin a sugerir que los animales que se pudieran aprovechar de procesos en los que el entrelazamiento cuántico jugara un papel podrían evolucionar mas deprisa que otros en algunas circunstancias y que, por tanto, existía una evolución cuántica. Debo decir que ese tipo de teorías aún no forman parte de la corriente principal de la biología, pero sí que hay quienes se dedican a ellas y tienen una cierta aceptación.
Vale, tengo mucha tendencia a enrollarme, lo sé. ¿Qué tiene que ver la evolución cuántica y el cerebro cuántico con los superhéroes y los dioses de la antigüedad?. Según estrellita, que, recordemos, es portavoz en esto de una criatura que se parece mucho más a un Dios que a un ser humano o a un superhéroe, mucho. La idea es simple. Por lo visto los homo sapiens desarrollaron una zona de su cerebro que podía entrar en entrelazamiento cuántico. Más aún, esa zona podía conectarse con las zonas análogas de otros homo sapiens. Esas zonas se iban coordinando poco a poco entre sí hasta crear estructuras cuánticas de superposición estables.
Para que esto pudiera ser así era necesario crear unas estructuras homogeneizadas en cada uno de los individuos. Al principio esas metaestructuras eran poco elaboradas, pero según las culturas de los humanos fueron haciéndose más complejas, y el número de humanos mayor, lo mismo sucedía con esas metaestructuras de entrelazamiento cuántico.
Llegó un momento en la historia de la humanidad en que había un número suficiente de individuos que compartían una cultura común que esas estructuras cuánticas difusas fueron lo bastante complejas y estables para tomar consciencia de si mismas. Estas estructuras heredaban los rasgos culturales del entorno en el cuál eran creadas, y siendo una mezcla de las características comunes de todos los individuos, esas criaturas extrañas, que sólo interaccionaban con el mundo material “clásico” a través de los humanos que los crearon, se identificaron así mismos con los dioses de esas culturas.
De hecho fue un fenómeno retroalimentado. Una vez se identificaron a si mismos como dioses empezaron a actuar sobre los individuos, influyendo sobre el área del cerebro en el que se originaba el entrelazamiento, y extendiéndolo poco a poco al resto del cerebro. De ese modo se hicieron mas fuertes. Cuanto mas fuertes eran más crecía su influencia. Sus manifestaciones eran principalmente imágenes y sonidos en las mentes de los individuos.
En ese sentido son muy difíciles de distinguir de las alucinaciones que, según investigaciones diversas, están asociadas a diferentes trastornos del cerebro. En cierto modo son el mismo mecanismo, con la diferencia de qué, en el caso de alucinaciones al azar, éstas están inducidas por plantas, lesiones o enfermedades. En el caso de los dioses eran ellos mismos los que, de algún modo, forzaban la actividad en esas áreas del cerebro.
Y, sí, por supuesto, si algún tipo de plantas facilita la creación de alucinaciones, éso, a su vez, facilita la labor de los dioses y, por tanto, habría una gran sinergia entre ambos. De hecho yo me pregunté si no podrían ser las plantas psicotrópicas las que posibilitaron la creación de esas zonas de interferencia cuántica. Le planteé la cuestión a estrellita, pero no me supo responder con certeza. Le pareció una idea razonable, pero, según lo que le habían contado a él, era posible que esas estructuras cerebrales no aparecieran de modo casual sino que fueran resultado de una intervención de una raza alienígena en el desarrollo de la especie humana.
Bueno, supongo que todo ésto os resultará asombroso. A mí, desde luego, me resultó increíble cuando lo escuché por primera vez. Desde entonces me he puesto en contacto con algunos colegas de diversas áreas, que están ahora fuera de la zona de exclusión, y éstos han hecho varios trabajos. Las pruebas son todavía, como dije antes, muy indirectas, pero, como dirían los gallegos de las meigas, “haberlas haylas”. Hum, vaya, ahora que lo escribo en este contexto creo que la frase toma otro significado un poco más tenebroso. Realmente si todo esto llega a demostrase a algún día creo que deberíamos replantearnos la visión de la historia humana ¿no creéis?.
Bien, ya voy a terminar esta entrada. Recordaréis que dije que los superhéroes no son exactamente igual que los antiguos dioses. Cómo ya he contado, estos dioses no eran mucho más que unas entidades etéreas ,con poco contacto e influencia con el mundo material “clásico”. Y qué la mayor parte de sus acciones se operaban a través de los conocimientos de los humanos, que eran su soporte.
Estos dioses, de hecho, nacían y morían con las civilizaciones que los adoraban, y no poseían mucho mas conocimiento del mundo físico que estas civilizaciones. Ahora bien, en estos momentos estamos en la era de la ciencia, y sabemos mucho más que nunca del mundo material. En la actualidad la mayoría de las religiones han evolucionado hacia dioses abstractos. Sí estos dioses abstractos están materializados en estructuras de entrelazamiento cuántico hasta dónde sabemos se mantienen al margen de los humanos.
Pero hay otros “dioses” del imaginario colectivo, los superhéroes. Estos son más concretos, más físicos. Cierto que nadie creía realmente en los superhéroes antes de que estos aparecieran, bueno, posiblemente. Pero si estaban de algún modo presentes en el imaginario colectivo, lo bastante como para materializarse en entidades cuánticas. El hecho diferencial, respecto a los antiguos dioses, es que estas entidades tienen acceso a la ciencia moderna. Aparentemente, de algún modo, han sabido usar esta ciencia, sospecho que mejorándola ya que disponían de más capacidad de proceso intelectual. Y, creo, de algún modo, debieron decidir corporeizarse.
Eso sí, está claro que, sí éste realmente es el modo en que han surgido los supers, está claro que sus avatares en el mundo físico no recuerdan gran cosa de esa ciencia que les permite plasmar los superpoderes y que los supers, intelectualmente, están hechos sobre la base de los humanos normales que eran los supers antes de adquirir los poderes.
Por otro lado es, en cierto modo, normal que así sea. Después de todo en el imaginario colectivo los superhéroes son, normalmente, humanos corrientes que adquieren superpoderes en un momento dado. Ahora ya no quedan apenas superhéroes, la mayoría perecieron en “la guerra de los dioses”. La pregunta que trivialmente surge es si, junto a los avatares, murieron sus orígenes cuánticos, o si estos están ahí, en su mundo etéreo, esperando a materializarse de nuevo. Y, por supuesto ¿Cómo es que el señor de la luna roja descubrió esto y el resto de supers no? ¿Y que relación hay entre los supers y lo que está pasando en las zonas de exclusión humana?




Supers V


Año 30 después de la era de la luna roja.
Diario de viaje, entrada I

Inicio este blog para narrar nuestra aventura en una de las zonas excluidas a los humanos, la amazonia.

Mi nombre es Roberto Arias, y soy biólogo, doctorado en la facultad complutense de Madrid con una tesis sobre ecología matemática. Estoy a cargo de una expedición financiada por el CSIC español. Nos ha costado lo que no está escrito conseguir uno de los poquísimos pases que “todos sabéis quien” concede a los científicos para que estudiemos la evolución de la naturaleza en las zonas vetadas.

Debo admitir que más que el currículo académico que hayamos podido aportar lo que nos ha permitido el acceso es contar para nuestra expedición con el apoyo de el antiguo superhéroe “estrella solitaria”, único superviviente del equipo de superseres conocido como “the confederates”. Como bien sabréis la mayoría tras el final del estado de Texas en un ataque nuclear y la casi destrucción de los estados unidos en la conocida como “guerra de los dioses” y sus consecuencias sísmicas (rotura de la falla de San Andrés y explosión, afortunadamente moderada, de la caldera de Yellowstone) Mr lonely Star fijó su residencia en España.

Ahí entabló amistad con uno de los miembros de nuestra expedición. Y fue gracias a su mediación, interpelando al dios espacial ganador de dicha guerra que conseguimos el pase a la zona que ha creado para que la vida de la tierra tenga zonas en las que pueda seguir su curso al margen de las sociedades humanas. Hoy se me hace tarde, pero mr estrellita me ha prometido que para la próxima entrada me permitirá que le haga una entrevista dónde contará algunas de sus experiencias con el “señor de la luna roja”.

Diario de viaje, entrada II

Llevo bastante tiempo sin actualizar el blog He visto que muchos me habéis escrito comentarios haciendo todo tipo de preguntas. Lo agradezco infinitamente, pero me temo que por ahora no voy a poder contestarlas. Como habréis visto quienes me hayáis escrito los comentarios quedan aguardando moderación, y así seguirán un tiempo. Eso sí, os prometo que las leo y que en algún momento del futuro responderé algunas.


Pero por ahora voy a contaros lo que ha pasado en estas semanas, que ha sido mucho y no precisamente bueno. Veréis, como es de sobra conocido estas zonas de exclusión están hechas para que los humanos no perturbemos sistemas naturales. La teoría es bonita, pero desafortunadamente falsa. Hemos descubierto que en estas zonas se están realizando experimentos evolutivos. Hemos descubierto que alguien, o tal vez algo, está resucitando algunas especies extinguidas.
Uno de los encuentros mas espectaculares que tuvo la expedición fue con una enorme serpiente a la que vimos atacando, y devorando, a un enorme mamífero de una especie desconocida. Al principio creímos que era una anaconda que hubiese crecido mucho más allá de cualquier cosa de la que hubiese registro. Sin embargo, aprovechando la somnolencia que le provocó la digestión de animal que se había zampado nuestro ínclito superhéroe se acercó lo bastante como para grabar una película desde cerca.
Al examinarla pudimos comprobar que no era una anaconda sino un ejemplar de titanoboa. Os recuerdo que la titanoboa se descubrió pocos años antes de la guerra de los dioses y que era una especie de serpiente que podía alcanzar de 13 ó 14 metros de longitud y superar la tonelada de peso. Es un animal que se suponía extinguido desde hace 60 millones de años, es decir, no mucho mas tarde que los dinosaurios. Quien quiera que haya podido resucitar semejante animal a partir de muestras de paleo-ADN tiene una bio-tecnología que asusta. O tal vez no sea una titanoboa sino algo similar (aunque claramente no es una anaconda). La solución sería hacer un análisis genético, pero para ello habría que tomar muestras y nadie se ha ofrecido voluntario par la tarea, ni siquiera nuestro bienamado superprotector.
Pero no sólo hemos visto animales extintos, hemos descubierto algo mucho más alarmante. De momento sólo es una hipótesis, y estamos reuniendo pruebas que la apoyen. Pero a estás alturas pocos miembros de la expedición dudan de ella. Lo que hemos observado es que parece haber dos fuerzas que están tirando de la evolución de las especies en dos direcciones diferentes y enfrentadas.
Hay una especie de guerra a nivel del ecosistema amazónico. Un bando consiste en los animales normales del entorno, apoyados por algunas bestias especialmente poderosas físicamente, sacadas de diversas épocas del pasado remoto. Parece que están guiadas, en cierto modo, por algunas otras especies dónde, claramente, se ha manipulado su evolución natural hacia una mayor encefalización.
El otro bando es algo mucho mas tenebroso. Parece que algún tipo de fuerza está creando animales de pesadilla cuya única función es destruir el resto del ecosistema. Ese segundo bando es parasitario del primero y caso de poder aniquilarlo se volvería insostenible y terminaría autodestruyéndose.
Os prometo que en la próxima entrada daré algunos ejemplos de el tipo de seres de los que estamos hablando. Y no creáis que me he olvidado de la entrevista con estrellita. Lo que sucede es que aún estoy decidiendo si creer o no lo que afirma.
Veréis, según él, el señor de la luna roja, aparte de las muestras de poder que todos hemos visto, hizo, sólo para un reducido grupo de gente, una demostración final. Según estrellita levantó del suelo una montaña de unos dos kilómetros de altura y empezó a comprimirla. Según estrellita la comprimió hasta el punto de hacerla superar su radio de Schwarschild y convertirla en un miniagujero negro de millones de toneladas de peso. Y, tras esa inimaginable hazaña, jugó con el objeto recién creado de diversos modos, conectando y desconectando su radiación Hawkigs, por ejemplo.
Yo no soy físico, pero en la expedición tenemos alguno y se pasan los ratos libres preguntando a estrellita por los detalles, intentando averiguar si hay alguna pista de como se supone que pudo hacerse algo así. Yo les dejo que se entretengan, pero no doy demasiado crédito a la historia. Eso sí, mientras piensan en eso olvidan los peligros que continuamente genera la naturaleza endemoniada en la que nos movemos ¡Suerte que tienen ellos!