miércoles, 4 de diciembre de 2013

Alastayr Reynolds: El prefecto

No se puede decir que sea fan de éste autor, pero dentro del asqueroso panorama de la CF actuál es de lo que más se acerca a un autor hard. Además es físico/astrónomo y tiene buenas referencias (Clark, Asimov, Benford, Polh), aunque también alguna mucho menos recomendable, cómo Dick o Willian Gibson, y aunque no he leído nada de Gibosn, por lo que tengo entendido respecto a su obra, sospecho que tiene mas influencia en Reynolds de lo que me gustaría (aunque afortunadamente la base científica de Reynolds le permite tratar ese tipo de temas con mucho mas conocimiento que Gibson). Pese a lo anterior debo decir que he leído todos (si no me falla la memoria) los libros de la saga de "universo revelación" en la que se encuadra la novela que trato aquí. Afortunadamente para los que no hayan leído el resto de libros, o no las tengan fresca en la memoria, se puede leer tranquilamente de manera independiente pues los aspectos de esas otras novelas relevenates se cuentan en esta y, además, se dan detalles nuevos así que, definitivamente, tampoco es un problema. Esta novela se centra en una investigación de un crimen cometido por una de las facciones del universo humano del futuro que describe Reynolds, los ultras, unos humanos que han optado por implantes cyborg, pero consevando la individualidad, y que tienen las mejores naves para viajar por el universo. Encargado de investigar ese crimen está un prefecto de campo, Dreyfus. Según avanza la investigación se va descubriendo que las cosas no son lo que parecen. Dreyfus es un habitante del anillo brillante, un conjunto de alrededor de 10.000 habitats espaciales hechos en asteroides habilitados para la vida humana. Cada uno de los habitats tiene un gran nivel de independencia de la autoridad central, pero aún así se someten a ella dentro de un régimen democrático que los prefectos se encargan de mantener. Hay mucha variedad en las características físicas, psiquicas, y sistemas políticos dentro del anillo brillante y parte del interés de la novela consiste en ir asistiendo a la descripción de algunos de estos habitats. Paralela a la trama principal está la historia de otra prefecta de campo novata, Thalia Ng, que tiene que ocuparse de arreglar unos problemas con el software de votación de el anillo brillante. Es una tarea importante, y luego se verá que juega un papel relacionado con lo que va descubriendo Dreyfus, pero no daré detalles, que ya esto se puede considerar casi, casi un spoiler. Respecto al aspecto técnico y científico de la novela se puede decir que no sólo sigue la tónica de Reynolds de apuntar mas de lo que luego ofrece sino que la acentúa. Un aspecto muy clarificador es una conversación dónde Talya Ng discute con Dreyfus sobre la relación entre el teorema de incompletitud de Göedel y la imposibilidad de tener un sistema político libre de problemas. Suena muy interesante, y me gustaría que desarrollase los detalles, pero se limita a despacharlo con un "podríamos estar hablando horas sobre aburridos detalles". La verdad es que a mí sí me gustaría que me diesen muchos de esos detalles, y no me aburrirían. Pese a que no soy pespecialmente fan de ese tipo de matemáticas tan "filosóficas" creo que en este caso si parecía que había una aplicación práctica muy interesante y me parece lamentable que no se nos cuente nada más. Me planteo si eso se debe a Reynolds o al editor, aunque yo me inclino por el lado del editor. Si es así creo que sería necesario que hubiese alguna editorial de CF que dejase de promover la basura al uso actuál y volviera a apoyar el CF hard. En fin, la lectura del libro es muy ágil, y la trama mantiene el interés, en el tono de los buenos best sellers de intriga. Y está bien estructurada, y los personajes son coherentes, así que es recomendable, y para los lectores de los otros libros, en especial del primero, da detalles muy interesantes sobre algunos de las tramas de los que visitaron las mortajas, y toda la historia de Calvin Sylvestre. Eso sí, de los aliens nada de nada, no sé si en eso también habrán influenciado los editores.

viernes, 20 de septiembre de 2013

Meg, La fosa



Últimamente no leo apenas ciencia ficción, y los libros que comienzo no suelo terminarlos. El motivo es que prácticamente no hay ciencia ficción hard y aunque hay obras de CF mas light aceptables no me entusiasman y las leo muy lentamente. Como las suelo sacar de alguna biblioteca me vencen el plazo de devolución antes de acabarlas.

 Hace unos días volví a la biblioteca y me encontré este libro de casualidad. Cómo quiera que soy muy aficionado al cine y a la novela "de bichos" lo cogí sin pensarlo un instante. Y luego enseguida me he puesto con él y me lo he terminado en muy poco tiempo. Se puede deducir de esto que el libro me gusta, está claro.

 Al autor, Steve Alten, no le conocía previamente. Eso que anuncian en la portada de este libro de "el testamento maya" no me dice nada. El tema del fin del mundo maya ha sido tan explotado como para no plantearme leer nada sobre el asunto. Leyendo algunas reseñas en Internet veo que hay polémica entre los que lo detestan y los que lo adoran. Tras leer el de Meg imagino que a la gente que le gustan los best sellers le habrá encantando y  los talibanes de algún purismo lo odiarán. Leyendo su biografía en la wikipedia veo que es médico deportivo. En ese aspecto, como en algunos otros, me recuerda un poco al difunto Michel Crichton, que también era médico y escritor de best sellers.

 Esta novela es la segunda parte de la primera novela del autor, Meg. En la primera, a la cuál hace referencia continua en esta, nos narra como un buzo de la armada en una misión secreta es atacado por un megalodón, sobrevive al encuentro pero sus compañeros de viaje no, y a partir de ahí varios problemas porque la gente no le cree, lógico ya que el megalodón se considera extinto, y etc, etc. Vamos, que esa es otra novela y aquí voy a hablar de la segunda ;).

La novela, tras un prólogo en la fosa de las marianas dónde un sumergible es atacado por una formación de grandes animales marinos,  empieza mostrándonos un trauma de Jonas, el protagonista, que sueña como el megalodón hembra, hija del protagonista de la primera, se lo va a comer a él y a su esposa en la fosa de las Marianas. Luego nos enteramos que ese megalodón está de atracción turística en un parque y según avanza la historia vemos que se come a unos adolescentes descuidados que le provocan y luego escapa al mar abierto. La trama sigue con la persecución del bicho por el mar abierto. Junto a esa trama principal hay otra, protagonizada por la esposa, Terry, que transcurre en una plataforma de investigación en la fosa. En esa trama se va descubriendo que hay intereses ocultos relacionados con un tema de alta tecnología, del cuál no me comentaré nada para no desvelar el misterio.

 Y no voy a decir mucho más, un libro dónde el protagonista es un megalodón (un tiburón prehistórico de gran tamaño, por si alguien no ha oído aún hablar de él) uno tiene una idea clara de lo que cabe esperar. Y sí, encuentra justo eso. La información científica oportuna parece coherente y repartida en dosis suficiente para darle al libro un toque de ciencia ficción - o techno thriller- razonable, y que justifica la presencia de esta reseña. Ah, sí, la traducción es un poco mala, y hay algunos, quizás demasiados,  errores ortográficos. Me parece un poco triste que una editora que se supone profesional relaje tanto los standards de calidad, pero tal cómo está el mercado editorial supongo que es disculpable.

 Una última aclaración, en la portada del libro se ve un ojo que no parece ser de un tiburón. Bien, pues no es un error, está ahí por algo ;).

 Y, ya para terminar, si a alguien le gustan las novelas de monstruos marinos le recomiendo que se vaya leyendo los tres capítulos ya terminados de mi relato "interesecciones"

Interesecciones I

Interesecciones II

Intersecciones III

 Al publicar esta entrada he descubierto que, en su momento, cuando trasladé el blog desde wordpress a blogspot, se perdió el formato. intentaré corregirlo cuanto antes. Siendo cómo soy físico cuya área de interés es la física de altas energías en la novela hay mucho de eso. Pero también soy fan de los dinosaruios y he leído unos cuantos libros sobre el tema, aparte de haber visto probablemente todos los documentales sobre el tema que han salido. Y, desde luego, he leído documentación abundante sobre los aspectos que trato en la novela. Actualmente, con el poco interés que hay en la CF hard, estoy un poco remiso a seguir escribiendo con demasiada continuidad, pero supongo que pese a todo en algún momento iré retomando, con tranquilidad, los diversos relatos de este blog.

lunes, 1 de abril de 2013

Juan José Gomez Cadenas: Materia extraña

En este post se va a comentar sobre una rara avis, una novela española de ciencia ficción hard. Por desgracia el hard es un género poco leído, y aún menos escrito, en idioma español. En el post anterior me planteaba cómo salvar el género en el país. Hice la misma propuesta en sédice y llegué a la conclusión de que tengo poco o nada que ver con la comunidad española que se autodenomina (acertadamente o tal vez no tanto) fan de la ciencia ficción.

 Pero volvamos al libro. Para empezar el autor del mismo tiene todos el curriculum idóneo para escribir hard, se licenció en físicas en la universidad de Valencia, hizo un postgrado en el acelerador lineal de Stanford, fué profesor en Hrward y Massachusset y estuvo trabajando en el CERN. Actualmente es profesor de investigación en el CSIC dónde dirige el grupo de física de neutrinos.

 Su primera novela (tras haber editado el libro recopilatorio de relatos "la agonía de las libélulas") está íntimamente relacionada con su actividad científica pues tiene dos tramas principales: una relacionada con el LHC del CERN y otra con la física de neutrinos y su posible (o mas bien, si hacemos caso a las notas finales, ya implementado) uso en control de combustibles nucleares. A su curriculum profesional añadiría el hecho, citado en el apéndice, de que el autor ha practicado boxeo (y sospecho que tal vez también kick-boxing) lo cuál da mas verosimilitud a las escenas de lucha que aparecen en el libro (uno de los personajes aparte de físico de neutrinos es boxeador aficionado).

 Hay que decir que la estructura del libro se acerca más al techno thriller, con algo de estilo de best-seller, que la  novela de ciencia ficción. Este hecho hace que a mi personalmente me surjan dudas  sobre si el carácter de los personajes, en especial los grandes directores del CERN se acerca a la realidad o es influencia de los arquetipos a los que gusta mostrar la literatura de best-seller. La misma duda se aplica a la descripción de la ciudad de Ginebra. En todo caso dado que le ha vivido allí y yo ni siquiera he estado de vacaciones para visitar el LHC (aunque tengo amigos que han trabajado allí) está claro que tiene elementos para saber de que habla. A mi particularmente no me gusta demasiado la imagen que da de los científicos (en particular físicos) que trabajan en el CERN aunque tal vez haya gente que le gusten algunos aspectos de los mismos -ajenos a la ciencia pura- que menciona.

 Siendo una novela de hard el aspecto mas interesante es el científico. Como mencioné hay dos tramas. La primera es la que da nombre a la novela y se trata de la posibilidad de que el LHC llegue a formar un tipo exótico de materia- la materia extraña- mas conocida por su nombre en inglés "strangelets". Hay que advertir que la novel está escrita en el 2007, antes de que el colisionador empezase a funcionar. En la novela se nos plantea un escenario en el que el experimento no ha detectado nada, ni supersimetría, ni dimensiones extra (bueno, esto no lo menciona, pero lo añado yo xD) y ni siquiera el Higgs. La realidad es que ha acertado en todo excepto en el bosón de Higgs, que, eso sí, ha resultado ser de lo mas anodino (un higgs que se parece en todo al del modelo standard y que por tanto no da ni una sola pista sobre nueva física).

 En ese escenario Cadenas nos plantea que antes el peligro de posibles problemas de financiación (y eso que el libro es anterior a la crisis económica) los responsables han decidido abandonar los experimentos dónde se hacen colisionar dos protones, los mas adecuados para descubrir nuevas partículas, por otros dónde se hacen chocar átomos de plomo que son mas adecuados para detectar estados inusuales de la materia, en particular el plasma de quarks. En la realidad el LHC colisiona normalmente protones, cuyas colisiones se recogen en los detectores ATLAS y CMS y hay una breve época del año dónde colisiona estos núcleos pesados (no recuerdo ahora si de plomo, cómo dice Cadenas, o de oro) y que son analizados por los detectores ALICE y LHCb, mucho mas pequeños que los otros dos. Otro aspecto curioso a señalar que separa la novela de la realidad es que el LHC sufrió un accidente y ha estado operando estos años a la mitad de la energía inicialmente prevista (14 TeV).

Bien, una vez señaladas las pequeñas diferencias entre la realidad y lo que propone la novela vamos con lo que nos plantea la misma. Cómo se explica bien en el libro (y desde luego está claro por su curriculum que Cadenas sabe mucho más de ese tema que yo) los strangelets (o materia extraña) son núcleos dónde uno de los 3 quarks que forman los protones y neutrones de la materia ordinaria es sustituido por un quark "extraño" (strange, de ahí la palabra strangelet). Estos quarks pertenecen a la segunda familia (de las tres conocidas  de la física de partículas y son mucho mas  pesados que los ordinarios. La clave no es la detección de esos quarks (que ya han sido observados) sino que estos sustituyan a uno de la materia ordinaria. Según comenta en el libro hay indicios de que los núcleos de materia extraña, al contrario que los ordinarios, son mas estables cuantos mas protones/neutrones (extraños) tengan. Eso lleva a que, en teoría, una vez formado uno de tales núcleos absorbería otros núcleos y haría que sus protones y neutrones se volviesen a su vez extraños para agruparse en núcleos gigantescos. En última instancia esto podría dar lugar a que toda la tierra pudiese llegar a formar un núcleo extraño. Pero para que eso pueda llegar a suceder los núcleos tienen que poder incorporar algo de materia antes de desintegrarse (recién creados son inestables) y para ello deben llegar a acceder a el helio que se usa en la refrigeración de los imanes superconductores que guían el haz de partículas en el LHC. La verdad es que no me queda claro porque tienen que comerse precisamente esos núcleos y no los de los materiales que forman los detectores, o si acaso los de las paredes que haya fuera del tunel del LHC, pero bueno, el experto es él y no puedo entrar a discutirle ese punto. En todo caso parece que la clave es que las burbujas de materia extraña tienen carga positiva y no pueden llegar a absorber fácilmente los núcleos de helio. Cómo quiera que buena parte de la intriga científica de la novela consiste en ver cómo uno de los personajes, la física teórica Irene de Avila, se dedica a calcular esas posibilidades no diré más al respecto.

  Un detalle muy curioso del libro en la parte referente al LHC es no lo que menciona sino lo que omite. Cómo dije antes aparte del Higgs y la supersimetría no comenta nada más. No comenta nada de la teoría de cuerdas, de las dimensiones extra de tamaño subnuclear (compactificadas) del espacio tiempo que estas predicen, del hecho de que en algunos casos posibles esas dimensiones extra no sean tan pequeñas sino que tengan un tamaño mucho mayor (mesoscópico) y que la gravedad en ellas pueda permitir la creación de agujeros negros en el LHC. Realmente eso no afecta a su novela en la que plantea que se van a usar colisiones de átomos pesados, sino al caso en el que se colisionen protones. Imagino que el motivo es que Cadenas es del grupo de físicos que no tienen especial aprecio a la teoría de cuerdas ;).


En todo caso el asunto de los agujeros negros del LHC está muy relacionado con el planteamiento de su novela en el sentido de escenarios catastróficos en colisionadores. Y ese sí es un tema sobre el que sé bastante. En la novela se plantean varios motivos por los cuales no hay peligro real de que se formen burbujas extrañas en el LHC, aunque se le dan las vueltas necesarias a los argumentos para que después de todo si haya peligro ;).  Los agujeros negros han sido buscados, sin éxito hasta ahora. Más aún tampoco hay indicios de otras partículas (modos de Kaluza-Klein del gravitón) que darían pistas sobre la existencia de las dimensiones extra que permiten la posibilidad de formar esos microagujeros negros. Pero, claro, el LHC aún no ha funcionado al máximo de potencia y no es descartable que cuando lo haga si se formen estos agujeros negros y "el cañón de Hawking" empiece a funcionar ;). Por supuesto la posibilidad real de que esos microagujeros negros sean un peligro es nula ¿o tal vez no? xD.

 Bien, la otra trama hace referencia al uso de neutrinos para detectar el porcentaje de materiales radiactivos enriquecidos en centrales nucleares y cómo eso podría usarse para vigilar a países que estén intentando crear bombas nucleares en secreto. Si de QCD (quantum cromodinamics), la física pertinente a los strangeletes se poco de radares de neutrinos no sé nada y esta novela es la primera noticia que tengo de ella. Lo fascinante es que al final de la novela se nos informa de que esa tecnología es verídica y que, dado su trabajo actual, Cadenas está en las mejores condiciones posibles para saber de ella, así que le convierte en una persona absolutamente idónea para tratarla en la novela. Yo lo único que añadiría es que dado que ahora mismo los terroristas árabes parecen estar usando en Afganistán/Irak minibombas nucleares (posiblemente compradas a la mafia rusa con el dinero obtenido de la droga que se vende en Europa) me gustaría que esa tecnología se mejorase y se pudiera hacer una red de radares que pudiesen detectar posibles minibombas que se intentasen introducir en ciudades europeas para algún posible atentado.

 En fín, yo habría tratado el tema de otra manera, y habría mencionado mas detalles de cómo evolucionaría la burbuja de materia extraña (a que velocidad), pero esas son mis preferencias y el autor es libre de tratar los asuntos a su gusto y está sobradamente capacitado para ello. Total, que la novela la considero de lectura mas que imprescindible para quien se diga aficionado a la ciencia ficción hard y sea de habla hispana.


sábado, 16 de febrero de 2013

¿Cómo resucitar a la CF hard?

 Hace unos 4 o 5 años la situación de la CF (en especial la hard) en España estaba muy mal, Actualmente lleva muerta mas de un año. Si busco en  la lista de publicaciones recientes del último año en español no encuentro un sólo libro que me interese realmente. Si me esfuerzo podría probar con algo de Alastayr Reynolds o si acaso con las infnitas  precuelas de Dune (y eso ya es mucho esfuerzo). Probé a leer algo un poco mas antiguo, "la estrella de pandora" de lo que me habían hablado bastante bien y...bueno, lo leí hasta el final, pero porque no hay otra cosa.

 Si nos vamos a los relatos que publican autores españoles en las secciones de literatura de ciencia ficción directamente me pongo de muy mal humor. La mayor parte de las cosas que escriben no pretende ser ciencia ficción así que no me interesa. Lo que pretende ser ciencia ficción es de la rama blanda y tampoco me interesa. Cuando alguien intenta poner algo de ciencia en sus relatos en la mayoría de los casos resulta que no es ya que no tengan una carrear universitaria de ciencias sino que ni siquiera demuestran haber asimilado la ciencia de secundaria.

 En fin, que la situación da un asco extremo. No encuentro absolutamente nada que me interese leer. En inglés por lo visto hay alguna cosa, Stephen Baxter, Benford, que sigue publicando, y alguno más. De Egan y Ted Chiang cada vez me siento mas alejado. Acepto que son hard, pero tienen una vocación demasiado existencialista/filosófica que me marca una cierta distancia (aunque supongo que justo por eso es por lo que gustan tanto en España). El caso es que aunque mi nivel en inglés es bueno y puedo leer novelas de CF en inglés sin demasiados problemas me he estado resistiendo a dar el salto a los foros de CF en inglés y leer todo directamente en ese idioma. El motivo de ello es que aunque a nivel de lectura no tengo grandes problemas mucho me temo que no estoy listo para escribir CF en inglés. Si esto sigue así no me va a quedar mas remedio que intentar dar ese salto, pero antes me gustaría hacer un último esfuerzo.

 Y he ahí la cuestión ¿que se podría hacer para impulsar la CF hard en español? Si alguien lee esta entrada y tiene alguna idea sería interesante abrir el debate. De todos modos voy a publicar la misma idea en los foros de CF en Español, a ver si hay suerte.

viernes, 7 de septiembre de 2012

El cañón de Hawking VI

Por vez enésima un relámpago rasgó el  cielo iluminando la oscura noche. Al cabo de unos pocos segundos, entorno a 4 ó 5, llegó el sonido de el trueno correspondiente. Eso indicaba que la descarga se había producido a unos 1500 metros de distancia ¡Demasiado cerca! . Alex prosiguió su camino ascendente. La intensa  lluvia había provocado una  fuerte riada que entopecía su avance. La tenue luz de su linterna apenas se abría paso unos pocos metros, lo justo para poder ver dónde pisaba y distinguir los márgenes del angosto camino.

Otra vez más un rayo inundó el paisaje con su azulada claridad dotándolo de un halo de irrealidad fantasmagórico. De ese modo, entre rayos y relámpagos concluyó su  ascensión a lo alto de la cuenca que bordeaba al río. Frente a él estaba la otra  ladera de la colina, la  que daba a las aguas. Era mucho más escarpada que la otra y pkr esa razón resultaba del todo imposible descender por allí hasta el cauce del río, y mucho menos con la pertinaz lluvia convirtiendo la pendiente en una pared de agua  y lodo. Pero no había ido allí arriba con la intención de posteriormente bajar al otro lado. Su objetivo era observar la furia salvaje de una de las tormentas mas intensas en varias décadas. Para ello debía aguardar a que los frecuentes rayos le mostrasasen el entorno y confiar en que ninguno de ellos le alcanzase.  Así estuvo un buen rato, no sabría precisar cuanto exactamente, porque el tiempo parecía haberse detenido. Un  estampido cercano le sacó de  su ensoñación. Un rayo había golpeado justo enfrente suyo, en la ribera opuesta del río. El impacto había sido tremendo y había derribado unaimportante formaión rocosa.

 Las piedras desprendidas se precipitaron ladera abajo arrastrando a otras en su caída, formando con ello una avalancha de cascotes, según pidió ver mientras mas rayos y relámpagos seguían iluminando la escena. El sonido de los tuenos se  sumaba al de la avalancha para crear una rugiente y ensordecedora banda sonora. Alex pudo contemplar cómo una de las rocas desprendidas, de un tamaño considerable, golpeaba la corriente de agua. A resultas del impacto se elevó una ola cuya altura  Alex estimó que podría rondar los dos metros. Él sabía que en esa zona el lecho del río era poco profundo y entendió lo que había pasado: se acababa de formar una ola solitón. Pudo observar cómo ésta avanzaba corriente abajo. Corrió, tan aprisa como el resbaladizo terreno se lo permita, para intentar seguir a la ola. Ésta era mucho mas veloz que él pero cómo en esa zona el trazado del río serpenteaba mucho eso le daba alguna posibilidad. No supo muy bien cómo pero a la salida de una de las revueltas del camino que discurría por las cumbres se encontró mirando a una presa. Pudo asistir, atónito, al imparable avance del solitón hacia la pared de la presa. Cómo resultado de las copiosas precipitaciones la presa estaba  al máximo de su capacidad y,  por tanto, era especialmente vulnerable. El impacto de la onda solitón fué brutal. El cemento saltó hecho pedazos y la pared de la presa se derrumbó. Al verse liberada, el agua embalsada formó una imponente muralla de agua que se dirigía a la localidad más cercana siguiendo el curso del río,  ribadelago. Lo que acaeció después ya era historia.

Alex se quedó mirando, abatido, al remanso de agua que había quedado en  el pantano por debajo del nivel de rotura de la presa. Observó  cómo se formaba un remolino. El agua se vaciaba hacia algún lado, pero eso no era todo. Vió  cómo del centro del remolino empezaban a elevarse volutas de vapor y grandes chorros de agua hirviendo. El radio de acción del remolino se amplió hasta abarcar toda la superficie de agua restante. Mientras, el nivel del agua disminuía a un ritmo sorprendentemente rápido. Eso hizo que Alex se acordase de algo que había leído en un libro de divulgación: Si sé tiene un vaso de agua y se hace un pequeño agujero en el fondo del mismo el contenido se vacía muy despacio. Ahora bien, sí el agua esta rotando en vez de quieta el proceso de vaciado es mucho, mucho más veloz. Cuando el lecho de la presa estaba prácticamente vacío Alex pudo comprobar que en el sumidero por donde se había evacuado toda el agua había algo. Ese algo proseguía con su trabajo, tragándose ahora el lecho de cieno. Y entonces Alex comprendió que eso no acabaría ahí. Se dió cuenta de lo que contemplaba realmente. El haz de luz brillante que formaba  la materia según se comprimía hasta niveles inimaginables no dejaba lugar a dudas. Eso era un agujero negro, uno pequeño, y estaba devorando la tierra. De improviso algo cambió, el agujero dejó de tragar y, unos instantes después explotó. El impacto de la onda expansiva lo arrojó al suelo. Pero eso era lo de menos. Lo que realmente preocupaba a Alex era la radiación Hawking que había originado la explosión.

El barrio viejo V

Tras la conclusión del concierto, incluidos los consabidos bises el, sargento nos dejó para ir a saludar a la pianista. La verdad es que nos cogió por sorpresa a Silvia y a mí y estuvimos un cierto tiempo conjeturando sobre sí se conocerían de antes y, en caso afirmativo sobre dónde y cuando habría sido eso.   

 Estuvimos alrededor de media hora a la salida del auditorio,esperando a que se volviese a reunir con nosotros. Le vimos salir acompañado de la pianista y despedirse de ella de forma cordial. Por supuesto lo primero que hicimos - tras recrimimarlepor tenernos tanto tiempo esperando - fuepreguntarle por la tal Rosa.Cómo era de esperar nos respondió con evasivas.A mí me hubiese gustado sonsacarle algo, y tenía intención de haberle presionado hasta obtener alguna respuesta, pero sin saber muy bien de qué modo, él ya había llevado la conversación hacia otro tema el, accidente en las instalaciones Kokusha. 

-Bueno - le estaba comentando a Silvia - creo que es importante que entendáis la trascendencia de lo que tenemos entre manos. Veamos, ¿Qué se sabe sobre esas instalaciones? 

- No demasiado - respondió Silvia -. La gente de por aquí, que es la qué más enterada podría estar, tienen un interés sorprendentemente bajo en las actividades de los aliens. Sospecho que va a haber más cotilleos sobre nosotros que sobre el accidente.   

 - Ya. Y yo apostaría que de quien más se hablará será de Silvia. - Añadí yo.   

- Aham - asintió el sargento -. Todo eso es cierto, pero no sucede por casualidad. Los kokusha decidieron ubicar aquí la fábrica porque sabían que los humanos de por acá tenían esa falta de interés en ellos. De hecho diseñaron algunos aspectos del entorno para atraer a la gente que menos curiosidad por ellos mostrase. Y no sólo eso, buscaron gente interesada en cotilleos sobre los humanos de fuera del barrio. Digamos qué, sin saberlo, son"agentes" secretos de los kokusha.   

  Cuando oí eso no pude evitar girar la cabeza para comprobar si algún anciano había colocado cerca nuestro alguno de esos dichosos cochecitos con videocámara. No ví ninguno, pero eso apenas sirvió para tranquilizarme. 

     - Cálmate Martinez - dijo afablemente el sargento. Ya he tomado precauciones para asegurarme de que no había moros en la costa. Pero sí eso va a aliviar tus preocupaciones podemos seguir la charla en mi coche. 

   Silvia objetó contra la propuesta señalando que ella y yo habíamos llegado en otro auto y que no le hacía ninguna gracia dejarlo ahí. El sargento explicó que luego nos acercaría a nuestro coche, pero que era conveniente que ahora usásemos el suyo. Cómo tampoco era un asunto de vital importancia no discutimos más y nos subimos en el"sargentomóvil" o, cómo le gustaba llamarlo a Silvia, "la cafetera".   

     - No entiendo por qué alguien tan amigo de las últimas tecnologías y conocedor de la ciencia de vanguardia puede usar un trasto cómo éste - fué lo primero que le dijo Silvia mientras intentaba ponerse el cinturón de seguridad del anticuado modelo de wolkswagen que conducía el sargento. 

   - Tengo buenos motivos para llevar un vehículo de éstas características, pero entiendo que a una "fashion victim" cómo tú le pueda resultar casi humillante que la vean en él - dijo burlonamente el sargento -. 

   - En fin, a lo que vamos - continuó rapídamente sin darle opción a Silvia a replicar -. 

    - Ha trascendido muy escasa información sobre lo que hacen los kokusha en esas instalaciones pero, afortunadamente, yo sí conozco cuál es sú propósito. Pero antes de explicaros nada os toca responder a una pregunta. ¿Cómo se resuelve la paradoja de Fermi? 


   - Muy fácil, los kokusha están aquí ergo no hay paradoja - explicó Mónica, que había estado muy callada desde la conclusión del concierto -. 


   - Cierto, al menos en parte. Pero ¿y todos estos siglos anteriores? ¿Por qué no habíamos recibido visitas de civilizaciones extraterrestres? 

   - Pués... la verdad, no sé. Yo diría que el consenso implícito es que había sido casualidad ¿nó?- respondió Mónica mirándonos a Silvia y a mí en busca de aprobación -. 

  - Es probable que se piense eso, sí- aceptó el sargento sin esperar a lo que pudíesemos responder Silvia o yo -. Pero, desde luego, no es así. La razón por la qúe el planeta no ha recibido en su historia demasiadas visitas, y que ninguno de los visitantes se haya quedado demasiado tiempo es qué la tierra, y el sistema solar en general, se halla en una zona de la galaxia muy inhóspita y muy mal comunicada. 


   - No voy a preguntar cómo es que sabe usted eso mi sargento - dije antes de que, él pudiese seguir explicando. - Pero, admitiendo que eso sea así ¿cuál es la relación entre ese hecho y las instalaciones que nos ocupan ahora? -. 

 - Impaciente y directo al grano, cómo es su costumbre - dijo el sargento sonriendo -. 

  - Bien, hubiese preferido daros mas pistas y que vosotros mismos adivináseis la respuesta pero bueno, os lo contaré sin rodeos. La clave, desde luego, está en que la galaxia es un lugar enorme y las distancias entre sistemas solares son muy bastas. Hay algunas civilizaciones, muy pocas, que saben cómo recorrer esas inmensas distancias a velocidades muy superiores a las de la luz. Pero esas razas no suelen preocuparse de entablar contacto con especies inferiores. Para la mayoría de civilizaciones, incluidos los kokusha, un viaje entre dos sistemas solares supone un reto. El medio de transporte mas usado por estas civilizaciones son los agujeros de gusano ¿Sabéis todos qué es un agujero de gusano, nó? 

    - Venía algo sobre ellos en el libro de divulgación "la fábrica del cosmos", creo recordar - respondió Silvia -. 

   - Sí, en efecto - contestó el sargento -.Y en muchos otros libros de divulgación. Y hay bastantes documentales muy buenos sobre el tema en la red. Por eso preguntaba sí todos conocíais el concepto ¿Mónica, Martinez? - inquirió mirándonos fijamente. 

   Sin esperar a qué le diésemos una respuesta que tal vez le pudiese disgustar concluyó de exponer lo que tenía previsto contarnos.

- Bueno, no importa saber que son exactamente, aunque no es que sean complicados de entender en sus aspectos esenciales. La clave del asunto reside en dos aspectos: uno es qué, por motivos no tan sencillos de explicar, no en todos los lugares de la galaxia son igual de simples de construir. Es algo así cómo lo que sucede con las carreteras terrestres, que, dependiendo de la orografía y la geología del terreno pueden ser fáciles de construir o bien una tarea ingenieril de pesadilla. Pués con el espaciotiempo pasa algo similar. Y en las proximidades del sistema solar el espaciotiempo tiene una configuración muy abrupta y resulta harto complicado construir agujeros de gusano por estos lares. Ese es un motivo. El otro es que para construir esos agujeros hace falta lo que los físicos terrestres denominan " materia exótica". Esa materia puede encontrarse con abundancia en algunas zonas de la via láctea. Bien, el sistema solar no es una de esas zonas. 

    - Si unimos ambos factores, la dificultad del terreno y la escasez de materias primas entonces ya tenemos el motivo por el cuál la tierra es una zona tan poco transitada. Ah, si, que os veo venir. En las instalaciones Kokusha de aquí al lado lo que se hace es extraer materia exótica para construir mas agujeros de gusano. Y, por lo que parece, alguien estaba enterado de ello y ha intentado sabotear la tarea.

El barrio viejo IV

El sargento nos invitó a seguirle hasta el bar del auditorio. En la entrada del mismo se paró un momento para hacer una rápida inspección visual del local. Tras eso avanzó con resolución hacia una de las mesas del fondo en la que estaba sentada una mujer rubia, con aspecto de estar en los primeros años de su treintena. Era bastante atractiva, aunque con unos rasgos ligeramente atípicos. Me llamaron especialmente la atención sus grandes ojos azules.

 Cuando la rubia en cuestión se percató de que nos dirigíamos hacia ella nos lanzó un rápido vistazo a los tres. Cuando su mirada se fijó en el sargento su cara mostró un gesto de reconocimiento y se levantó presurosa a saludar.

 -- Hola maestro – dijo, a modo de saludo, al dirigirse al sargento.
 -- Hola Capitana Silgo -- respondió con tono divertido el sargento. – Te presento a Silvia.

-- Hola Silvia — dijo Mónica mientras le daba los dos típicos besos de saludo a la susodicha.
 -- Y al teniente Martínez – añadió el Sargento señalándome. Los antiguos instintos se adueñaron de mí y me disponía a cuadrarme, como corresponde para saludar a un superior. El sargento debió percatarse de mi intención y sujetando mi brazo me espetó:

 -- Martínez, que somos civiles, no llame la atención usando gestos militares. Al igual que usted Mónica era capitana, en concreto capitana psicóloga, en las antiguas fuerzas armadas españolas. Ahora mismo es civil, y, a diferencia de usted y yo, nunca ha estado enrolada en los ejércitos kokusha.

 -- No seas severo con él – dijo Mónica dirigiéndose al sargento. – Es muy habitual que la gente que ha estado mucho tiempo en el ejército, como obviamente es el caso de Martínez, no pueda quitarse ciertos hábitos.

  En eso intervino Silvia, que tras saludar a Mónica se había quedado un poco apartada, con gesto pensativo.

 -- Sargento, por curiosidad ¿ha sido Mónica la que le ha comprado la entrada, asegurándose de que estuviese al lado nuestro?

 -- No, no. Mónica os conocía de oídas, pero no sabía que aspecto teníais. Lo de las entradas fue muy sencillo. Llamé a las taquillas y le comenté a la taquillera que ibais a adquirir dos entradas y que yo quería una al lado vuestro. Le dí una descripción de vuestro aspecto, asegurando que no podría confundiros. Y así fue. Después de todo un tipo alto, con una incipiente calvicie, feucho y de aspecto desgarbado acompañado de una chica de aspecto tan espectacular como Silvia no es una combinación habitual en el barrio viejo.

 --Ah, vale, explicado – dijo Silvia con una sonrisa en la boca, mirándome de reojo, intentando hacer como que se había percatado de la poco amable descripción que el sargento había hecho de mi aspecto físico.

 -- Y ya que estamos, si no es indiscreción, ¿Por qué te ha llamado maestro?

 El sargento iba a responder, pero la capitana Silgo se le adelantó – aquí el señor es cinturón negro de Kempo Kárate- En su momento entrené con él en el mismo gimnasio y a veces quedábamos para entrenar juntos en algún parque. Como en ese momento yo era cinturón morado solía llamarle, en tono de broma: “maestro”--.

 -- ¿Kempo kárate? – Pregunté yo – Yo creí que el sargento era instructor de Arnis, y artes marciales Filipinas en general. Y antes de que el sargento pudiera decir nada Silvía comentó:

 -- Pues a mi me dio algunas clases de artes marciales, pero fueron de Krav Maga, el estilo de lucha cuerpo a cuerpo del ejército Israelí.

 -- Vaya por dios – interrumpió el sargento – si queréis os mando por mail mi curriculum y acabamos antes – dijo con tono irónico, y con gesto de querer cambiar de tema.

 Tras eso estuvimos hablando un rato, entablando algo de conocimiento mutuo. El sargento nos explicó que tras la disolución del ejército Mónica no había tenido problema en reubicarse profesionalmente en un puesto de trabajo civil, como profesora universitaria en una facultad de psicología. Dada su profesión, enseguida había desarrollado un gran interés por los kokusha y sus características psicológicas. Aparentemente había sido ese interés el que le había llevado al sargento a contactar con ella y unirla a nuestra causa.

  Tras la breve charla llegó la hora del siguiente concierto, y ocupamos nuestras butacas. No muy sorprendentemente Mónica estaba sentada casi al lado nuestro. Nada mas sentarnos el sargento se puso a hablar sobre la obra que íbamos a escuchar. Nos explicó que Ravel la había compuesto al poco de regresar de su gira como concertista en los Estados Unidos. Allí había sido muy influenciado por la entonces naciente música de Jazz, y en particular por Gershwin y su “rapsodia in blue”. Nos explico que no era muy sorprendente ya que los músicos de Jazz gustaban de armonías con acordes de séptima, novena e incluso onceava, y eso, a Ravel, posiblemente uno de los mayores maestros de la armonía, no podía dejarle indiferente. También el complejo aspecto rítmico del Jazz, tan alejado de la música orquestal Europea se hacía patente en el concierto, en especial en los movimientos primero y, sobre todo, tercero. Nos explico que, a diferencia de los otros, el segundo movimiento era un adagio assai, con una estructura rítmica supersencilla, un típico valse en un compás de tres por cuarto. Nos comentó que, contrastando con la sencillez rítmica, el movimiento era terriblemente rico en su desarrollo armónico y que requería unas cualidades interpretativas diferentes a los otros movimientos, mucho más virtuosísticos.


 Mientras escuchábamos las detalladas explicaciones del sargento los demás nos mirábamos unos a otros, como preguntándonos si estábamos entendiendo lo que decía. Yo había oído algo de que los acordes de séptima eran una especie de disonancias, y que sólo los músicos de rock sinfónico se atrevían a meterlos en sus canciones. Por lo visto el pop se hacía en su mayoría con acordes mayores y menores, que eran más sencillos. Por sus caras ni Silvia ni Mónica sabían más que yo, si es que siquiera sabían eso. A veces, mientras explicaba algunas cosas, el sargento hacía gestos con sus manos, como si estuviera tocando en un piano imaginario las partes del concierto de las que hablaba.


 Cuando estaba terminando su explicación llegó la pianista, y rápidamente tomó asiento. Antes de que empezara la obra el sargento nos soltó una de sus típicas frases crípticas:

 -- Estén muy atentos al concierto, y reflexionen sobre él y sobre la figura de su creador, Ravel. Hay bastantes analogías entre su época histórica y la actual. Ah, si, y no olviden que el concierto es en G Mayor, que en la nomenclatura hispanoamericana para las notas es Sol mayor. Eso es muy importante para entender lo que debemos hacer en el futuro.

 Y en eso empezó la pianista a tocar y no pudimos hacer ninguna pregunta. Para intentar adivinar a que se refería el sargento miré el libreto. Hablaba un poco de la vida de Ravel. El concierto era del 1931, en el periodo entre la primera y la segunda guerra mundial. Se comentaba, como anécdota, que en la primera guerra mundial, Ravel había estado en un pelotón del ejército que había llegado a enfrentarse a otro del ejército alemán dónde estaba el, por entonces desconocido, Adolf Hitler. En esa misma guerra un concertista, Paul Wittgenstein, había perdido su brazo derecho. A raíz de esa perdida le había solicitado a la mayoría de compositores famosos de la época, incluyendo a Ravel, que hicieran obras adecuadas para su minusvalía.

 Seguí leyendo, pero no conseguí dar con nada en lo que viese una analogía con la época actual. Conociendo al sargento imaginé que no sería capaz de dar con ella así que desistí pronto de mi empeño y me dediqué a escuchar el concierto, que, en eso tenía razón el sargento, era realmente bueno. En particular el segundo tiempo me dejó bastante impresionado. Dados mis gustos guitarreros nunca imaginé que podría emocionarme oyendo una obra que, en manos de algún músico mas incompetente, no pasaría de ser una sosería típica de la peor música new age.