martes, 26 de junio de 2018

Africa Alien IV


  La excavación

  La zona dónde se había iniciado la prospección geológica esta a unos cuatro kilómetros del asentamiento principal. En plena selva. Había preguntado a los geólogos, los padres de la peluquera, que les había llevado a pensar que precisamente allí hubiera algo de interés.

 La respuesta le dejó sorprendido. Algo a lo que empezaba a habituarse últimamente. Por lo visto su presencia allí era una mera formalidad. Realmente nadie de la compañía esperaba hallar ningún nuevo yacimiento de coltán. Pero tampoco era muy caro montar un equipo de prospección símica estándar.

 El caso es que la parejita aparte de ser geólogos  tenía una afición. Eran exoarqueólogos. Esta era una rama muy reciente de la modernidad científica. La idea de base es considerar que la no presencia de seres vivos en el entorno inmediato del sistema solar se antojaba muy improbable toda vez que se habían descubierto bastantes, más de cien, sistemas solares con al menos un planeta gigante gaseoso orbitando la estrella principal.

 Los cálculos mostraban que esos planetas debían haber seguido una secuencia que cada vez los iba acercando más al centro de su sistema. Partiendo de la órbita de plutón, o la de Júpiter, cada vez iban estrechando su proximidad al sol central. Sacando de su órbita los planetas interiores en el transcurso del viaje. De hecho eso mismo iban haciendo Júpiter y Urano en nuestro propio sistema solar. Mucho antes de que el sol se convierta en una gigante roja la tierra será arrancad de su órbita por estos dos colosos cósmicos.

 Lo interesante es que algunos habían calculado fechas. Y estas indicaban cuando los planetas del tipo y tamaño de la tierra que pudiera haber en esos sistemas solares cercanos habían sido desplazados. Caso de haber estado habitados habrían dado lugar a una emigración de sus ocupantes a planetas similares del entorno. Por ejemplo la tierra.

 Eso daba una cierta autoridad a la necesidad de investigar con rigor científico las posibles huellas que esos posibles visitantes hubieran podido dejar. Y además permitían establecer fechas. Había que buscar los estratos geológicos que correspondían a la eliminación de planetas cercanos.

 Y eso habían hecho estos geólogos. No esperaban tener suerte. Pero las leyendas locales servían de guía. Una observación muy interesante era el caso de la exploradora Británica Mary Kingsley. Fue la primera mujer blanca en el Congo. Convivió con los nativos. Debió ser un acontecimiento muy notable en su época Sin embargo cien años después ningún nativo de la zona se acordaba de ella. Así que si alguna leyenda se mantenía durante varias generaciones podía tener algo realmente importante detrás. Eso investigó el matrimonio de geólogos.

 Total, que partió hacia la zona con muchas perspectivas extrañas. Para terminar de añadir intriga notó que al acercarse a la zona su talento empezaba a emerger. Con tanta fuerza que casi podía intuir el futuro inmediato décimas de segundo antes de que se produjera. Es decir, calculaba tan rápido que anticipaba el futuro. Al inicio de manifestarse su talento las cosas no eran así. Pero poco a poco se había ido refinando.

 Pero aparte de esto parecía que la actividad de su cerebro gritaba otro dato. Peligro. Y no sólo eso. Notaba como sus pensamientos se veían arrastrados hacia el recuerdo. Al recuerdo de unas cuevas que había visitado en su adolescencia. Poco antes de que su habilidad diera los primeros indicios de su presencia. Con el tiempo había estudiado física. Y había hallado algunos indicios que apuntaban a que de algún modo las células de su cerero se habían organizado de forma que calculaban en un estado de superposición cuántica. Por ejemplo uno de sus encargos del anterior invierno lo solventó cuando un charco de agua líquida sobreenfriada, situado a los pies de un andamio, se solidificó súbitamente propiciando que el andamio se desplomara sobre su presa. Cómo quiera que bastara la más mínima perturbación para provocar que esa agua que había bajado tan lentamente por debajo de los 0ª C  cómo para mantenerse líquida se convirtiera en hielo, cómo le correspondiera. Y di óla casualidad de que justo antes él había, inadvertidamente, cruzado mal la calle obligando a un conductor a acercarse a la acera del andamio más de lo que normalmente hubiera hecho provocando, posiblemente, las vibraciones que dispararían la fatal solidificación repentina.. Intentó someter la hipótesis del cerebro cuántico a  más pruebas, aún a sabiendas de que era una posibilidad tan remota cómo la famosa idea del físico inglés Roger Penrose de que el cerebro humano era consciente debido al colapso de una función de onda gravito-cuántica  en los nanotúbulos del cerebro. Intentos sin ningún resultado concluyente.

. Pero no podía centrase en el análisis teórico ahora. Su mente volvía a la cueva. Y recordó cosas que le habían pasado inadvertidas.   Tras la historia de los Gómez (el matrimonio de geólogos) la imaginación podía dispararse a situar el origen de su facultad especial a exiliados extraterrestres.

  No obstante el era escéptico por naturaleza. Nunca había estado enfermo, de ahí que se arriesgara a venirse África sin vacunarse. Esa incapacidad era algo que influenciaba su carácter, alejándole de sentimientos de empatía por sus congéneres. Tal vez era un poco psicópata y eso le permitía trabajar de algo parecido a asesino a sueldo, aunque por otro lado muchos rasgos de su carácter le alejaban del cuadro del psicópata, cómo por ejemplo su capacidad para meterse con éxito en empresas de larga duración..En fin, daba igual.  En todo caso ahora empezaba a plantearse si después de todo la pequeña herida que le había hecho la acometida del licántropo no se habría infectado y estaría empezando a tener delirios pre-febriles.

 En todo esto la pequeña comitiva se acercaba a la valla que circundaba la excavación. Y una vez más un acontecimiento inesperado se presentó. A la entrada estaba detenido, montando guardia, un destacamento de hombres armados con fusiles automáticos y más armamento moderno de origen claramente militar. Nos pararon y se identificaron como pertenecientes al grupo de investigadores alemanes cuya visita estaba anunciada. Lo que no quisieron es explicar porque se habían presentado unos días antes de lo previsto y se habían arrogado la autoridad de visitar un prospección de una compañía que no era de u país sin pedir permiso a nadie.

 Pero un colectivo de hombres armados siempre tiene capacidad de convicción. Así que cuando nos aconsejaron que diéramos la vuelta y que, como mucho, acampáramos por la zona en espera de que vinieran sus jefes a aclarar todo lograron que les hiciéramos caso. Deberían repartir uzis en las escuelas de diplomacia.

 Visto lo visto se puso en contacto con Jackes. Y le preguntó si tenían el dirigible por la zona. Como esperaba así era. Así que  a la noche  del día siguiente habían planeado la estrategia. Contando con que no tuvieran sistemas sofisticados de vigilancia sobrevolarían la zona aprovechando algún momento en que las nubes taparan la luna, que en ese momento estaba al inicio de su fase de creciente y daba muy poca luz a la noche ecuatorial.
  Sabían que cerca de la excavación, pero ya dentro de la zona vallada, había zona arbolada. Así que si pese a todo eran descubiertos podarían alegar que estaban realizando la habitual, y bien conocida en toda la zona,  labor de investigación científica. Y desde el aire no se divisan bien las vallas. Era una buena explicación y eso implicaría que caso de que nos dispararan se enfrentarían a un grave conflicto diplomático. Tal vez esa no fuera la mejor de las garantías teniendo en cuenta que en esa zona del Congo había sido asesinada la famosa primatóloga Dianne Fossey,  popularizada para el gran público gracias a la película “gorilas en la niebla” y tampoco se había agitado cielo y tierra. En cualquier caso no había tiempo de urdir algo mejor.

  Pero no fue necesario comprobarlo. El dirigible le dejó en la copa de uno árboles cercanos a las instalaciones dónde se alojaba el grupo alemán. Caminar de noche en la selva es arriesgado debido a los animales. Que hubiera gente nerviosa, y presumiblemente de gatillo fácil por la zona era un aliciente más para ser precavido.

 Pero incluso en un territorio tan desconocido para un urbanita como es la selva esquivar humanos es sencillo si se tiene práctica. Realmente eran más peligrosos los animales, cuyos sentidos eran considerablemente mejores que los del ser humano. Por lo que fuera, y eso no dejaba de ser ligeramente sorprendente, no hubo tropiezos ni siquiera con animales pequeños.

 Y en esas que llegó a las instalaciones. Consiguió una posición desde la que podía ver sin ser  visto. Unos buenos prismáticos de visión nocturna le ayudaban en la labor. Y también podía oír que se hablaba con ayuda de un micrófono direccional. Nadie tenía claro exactamente porque un grupo de biólogos que investigan la flora de la copa de los árboles llevan esos chismes. Pero tampoco extraña lo suficiente para investigar al respecto.

 Su problema era que hablaban en la lengua de Wagner y Bethoven. Y el de alemán sabía lo justo. Así que sólo captaba fragmentos sueltos de la conversación.

 La situación varió cuando entró en escena otro individuo. Llevaba un vendaje que le cubría casi todo el torso. Era muy notorio incluso aunque llevaba una camisa de manga corta medio desabrochada por encima.

 Llevaba barba de unos tres días, y se le veía muy demacrado. Aún así pudo reconocerle de las fotos de su ficha. Era Gerard Flanders. El que había patentado, de repente, en el plazo de una semana, 5 nuevas soluciones innovadoras de nanotecnología. Pero como estaba considerado, incluso antes de llegar allí como un genio, y había hecho algunos descubrimientos anteriores de importancia se pasó por alto. Mal hecho.

Se suponía que debía estar de vuelta en su Holanda natal. Ya comprobaría los datos de aduana cuando saliera de ahí para ver como había engañado a todo el mundo. Ahora debía ocuparse de averiguar otras cosas.

 Por ejemplo, como un físico de materia condensada se convierte en un hombre lobo en mitad de África ecuatorial. Porque el vendaje le delataba. Escuchó con intención a ver si lo que decían le ayudaba a desvelar el misterio.

 Tuvo un golpe de suerte. Gerard no dominaba el alemán mejor que él. Así que forzó a sus contertulios a pasar al inglés. Y ahí ya si pudo seguir la conversación sin problemas.
 Estuvieron más de una hora hablando. Y de lo que se habló obtuvo respuestas para casi todo. Otra cosa es que las creyera.

 Gerard explicó que en la excavación dieron con un artefacto de origen alien. Totalmente averiado. Sin embargo algo de la tecnología había seguido activa. En concreto la nanotecnología.

 Notó su presencia de casualidad, pues interfirió con sus propios dispositivos nanotecnológicos. Explicó que había diversos tipos de nanorobots. Unos cumplían la función de “nanoniebla”. Esta era la que le permitía simular la telekinesis. Otros se fijaban a sistemas orgánicos y les curaban las heridas. Y permitían manipular la apariencia  a voluntad, o formar extensiones corporales en forma de garras y agrandar los dientes. Vamos, tomar  la apariencia  de un licántropo en definitiva. O de un vampiro ya puestos.

 Rápidamente había aprendido como hacer modificaciones básicas de algunos dispositivos más sencillos. Pese a ser sencillos en comparación a los otros eran muy avanzados comparados con lo que había en la tierra.

 Así que ya se veía millonario. Sin embargo la compañía le presionaba. Y como no quería desvelar la existencia del artefacto alienígena, de común acuerdo con el resto del equipo de la excavación decidió montar una estrategia de emergencia.

 Decidió fingir su partida del país. Pero en realidad no había ido muy lejos. Y volvió a los pocos días. Pero usando la capacidad de alterar el aspecto que le brindaba la recién descubierta tecnología pudo hacerse pasar por un nativo de otra tribu en busca de trabajo.

 Espiando a sus compañeros se dio cuenta de que aún siendo más lentos que él estaban a punto de descubrir el origen de sus recientes inventos. Eso era un grave problema. No dudaba que ya sospechaban, desde el principio, pero ahora tendrían pruebas. Y decidió que no quería compartir sus nuevos poderes. Así que  primero intentó asustarlos para que se marcharan. A los que no lo hicieron se vio forzado a asesinarlos.

  Una vez convertido en asesino no había marcha atrás. Primero trató de asustar a todo el asentamiento de la compañía. Pero pronto comprobó que no podría hacerlo solo.

 Además cuando un extranjero apareció, con la endeble excusa de dar clase a la hija del jefe decidió hacer averiguaciones. Nada extraño pudo obtener. Pero al poco reflexionó que una persona que viniera a investigar la situación montada no sería sencilla de desenmascarar. Así que siguió buscando.

 Para su desgracia su búsqueda no pasó desapercibida. Y una organización alemana dedicada a muy variadas actividades, que ya estaba pendiente de los rumores que llegaban del Congo reparó en él. Comprobaron que no había llegado a La Haya, como estaba anunciado (nota mental, ya no es prioritario verificar ese aspecto),  Y le dejaron correos en los que insinuaban que había sido desenmascarado.
 Aún sin creer que realmente esos alemanes supieran que ocurría realmente notó que necesitaba ayuda. Decidió parar sus acciones, para no seguir alertando a la comunidad internacional sobre la zona, y estudió que tipo de trato podía hacer con esos alemanes.

 Hasta ahí había deducido, si hubieran seguido hablando tal vez habría descubierto mas cosas. Pero en ese instante llegó un camión por el camino que llevaba a la finca y se interrumpió la velada. Todos abandonaron la casa dónde estaban reunidos y se dirigieron a la entrada de la instalación, dejando dos hombres de guarida.

 Así que ya sabía la situación. Reflexionó rápidamente. Su propia organización estaba a punto de hacer un uso delicado, a la par que masivo de lo que ahora resultaba ser tecnología extraterrestre modificada de la que se sabía muy poco. Debía  avisar y evitarlo. Además debía hacerse con muestras originales para estudiarlas.

 Y debía evitar que esos alemanes se hicieran con ella. No estaba seguro, pero tenía clara sospecha de quienes podían ser. Y no les quería por delante en el campo de la tecnología.

  Robar las muestras le fue sencillo. El problema era eliminar a los paramilitares que, como fue comprobando, habían tomado la zona.

 Además estaba el tema del peligro potencial de la nanotecnología. La nanonoiebla que había usado Gerard para simular la telekineseis debería ser vulnerable a las altas temperaturas.

 En realidad toda la noantecnología debía serlo. Estudios teóricos indicaban que en el supuesto de que pudieran usar fusión fría estos dispositivos no tendrían problemas de energía para poder operar en un entorno húmedo del que extraer el hidrógeno que usaran en esa fusión. El mayor reto ingenieríl, y el que mas las limitaría, es su capacidad para eliminar el calor generado por su funcionamiento.

 Todo eso apuntaba a que una bomba térmica de amplio radio de acción solucionaría sus problemas. Su organización disponía de esos dispositivos, no muchos, pero alguno sí. Lo que dudaba era si se atreverían a usarlo antes de darse a conocer públicamente dentro de unas semanas.  

  Así que se disponía a abandonar la zona e informar. Pero sólo tuvo tiempo de dar parte a Jackes. Cuando volvió a intentar obtener más información fue descubierto. Y tuvo que huir  para cubrir a Jackes y al resto. Decidió que escapando a través de la selva no podrían seguirle-  al menos no los militares, quien sabe lo que podía hacer un científico de elite familiarizado con el terreno y ayudado por nanotecnología extraterrestre- y que ya llegaría a otra zona poblada desde la que ponerse en contacto con su organización.

 Pero tardaría semanas. Y antes de eso empezaría el plan de acción de su organización. Un plan que, ahora lo sabía, era una incógnita. Mas adelante el podría intervenir. Pero evitar lanzar el ataque antes de tiempo estaba en manos de un biólogo Belga-Francés experto en las cúpulas aéreas de las  selvas tropicales.

 Y esta era la recapitulación de su vida reciente. Ahora debía centrarse en huir a través de una de las zonas naturales más peligrosas del planeta. Perseguido por una criatura medio alienígena dispuesta a asesinarle. Y aún si conseguía llegar sano y salvo a zonas civilizadas estaba por ver cuál era el nuevo status quo del planeta tierra. Ósea, que se avecinaban tiempos decididamente interesantes, esperaba seguir vivo para  ver como se desarrollaban los acontecimientos.

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